martes, 20 de septiembre de 2011

Paisaje urbano y complejidad.


El Doctorado en Medio Ambiente y Desarrollo es uno de los programas de posgrado del Instituto de Investigaciones Oceanológicas de la Universidad Autónoma de Baja California en su Campus Ensenada, en su parte escolarizada el doctorado cuenta, entre otras actividades, con el Taller de Introducción a Sistemas Complejos, coordinado por la Dra. Anamaría Escofet Giansone.

Esta semana, estaré presentado para los alumnos de este taller -a manera de un seminario- el tema Paisaje urbano y complejidad. En la primera parte se hablará en términos generales de la tesis “Paisaje Intersticial. Mexicali: de la entropía al vacío” (Facultad de Arquitectura, UNAM, 2008) y de la experiencia de la maestría en la UNAM como una acercamiento a la complejidad a partir de las nociones de "paisaje" e "intersticio". En la segunda parte se hará lectura de la ponencia "Desechar o deshacer. La pertinencia de la producción artística en el paisaje urbano", en la que se abordará a los intersticios como una experiencia transdisciplinaria. Finalmente, en la tercera parte se presentará la ponencia "No hacer (casi) nada: estrategias de intervención para la antigua estación de ferrocarriles de Mexicali”, caso de aplicación presentado el pasado mes de marzo en el 2do Congreso sobre Espacio Público en la Ciudad Universitaria de la UNAM.

Agradezco la invitación de la Dra. Escofet, así como el interés de los estudiantes en hacer posible esta oportunidad de compartir. En breve serán vertidas en este espacio las experiencias acumuladas en el evento.

viernes, 9 de septiembre de 2011

El apagón en verano: calor, penumbra y respiro.





Este 8 de septiembre cerca de las 3:40 de la tarde se suspendió la energía eléctrica en los cinco municipios de Baja California, en la ciudad sonorense de San Luis Río Colorado, así como en San Diego, Imperial y Yuma, condados vecinos de la frontera. 

El incidente se prolongó durante más de cinco horas dejando sin luz a cerca de 5 millones de personas; tras los primeros minutos de incertidumbre y especulación, llegaron -para muchos- horas de desesperación: el calor aun superior a los 40 grados en los municipios de Mexicali y San Luis Río Colorado empezó a colmar la paciencia de sus habitantes. 

Fue una contingencia ocasionada en Arizona la que provocó, dada la interconexión binacional, una desestabilización generalizada en la energía. Así, se pusieron a prueba nuestras condiciones de alerta ante situaciones como la de un sismo, una tormenta o alguna otra emergencia. Las compras de pánico evidenciaron que aun nos falta entrenamiento para afrontar las vicisitudes que nos ofrece la naturaleza o bien, para sobrellevar los fallos de nuestra infraestructura. Otras conductas mostraron que la urbanidad, esa que se da en las calles y desde el automóvil, es un bien rescatable.

Después de una espera en la que únicamente algunas radiodifusoras mantenían al tanto a la ciudadanía, llegó el ocaso; los vecinos salían de sus casas al tiempo en que la luz natural se reducía, el haz de las lámparas de mano y el unísono de los radios portátiles se asomaban a las banquetas.

Enseguida, las sombras proyectadas por la luna empezaban a dibujarse con  una creciente nitidez, se dejaba sentir un viento intermitente... y las estrellas -nunca advertidas en una jornada convencional- decoraban el cielo.

Al llegar la luz, los testimonios vox populi dejaron de manifiesto que seguramente muchos padecieron el aburrimiento, proyectando así su dependencia ante la tecnología; asimismo, se hizo patente que seguramente pocos disfrutaron de una noche poco habitual en la ciudad, evidenciando su extrañamiento ante la naturaleza. ¿Cuántos celebramos el respiro?



miércoles, 7 de septiembre de 2011

La nostalgia del concurso.


Nota de prensa. La Crónica. Mexicali, Domingo 23 de abril de 2000.

Hace poco más de 11 años un grupo de alumnos de la UABC en Mexicali tuvieron la iniciativa de convocar a la comunidad estudiantil de la entonces Facultad de Arquitectura a participar en un concurso para proponer un refugio itinerante para indigentes, una suerte de hábitat nomádico para los llamados homeless. Aquel concurso se dio en el marco de la XXI Semana de Arquitectura de la UABC, en los primeros días de mayo de 2000.

Más que una vivienda específica, una casa, la ideal del asilo para el indigente es un refugio inmediato, algo que pueda llevar consigo y le asegure el dormir protegido: un caracol. Un asilo emergente que utilice a cualquier hora y no le quite la riqueza de vivir como errante.

En el jurado dicho certamen se contó con la presencia de figuras tales como Marcos Ramírez "Erre", Larry Herzog y Jesse Lerner, quienes deliberaron tras observar y discutir en torno a decenas de propuestas.

Ante el encuentro de aquella nota de prensa publicada por el diario La Crónica y reproducida en este post, es prudente cuestionarse algunas cosas que recientemente me han venido llegando entre pasillos... Además de depositar sus energías en la organización de fiestas, de actividades que sirven como válvula de escape para disipar ya sea el estrés escolar o el abrumador quehacer cotidiano, ¿Qué actividades realizan las sociedades de alumnos para motivar la sana competencia? ¿Quienes han visitado nuestra casa de estudios para romper paradigmas y avivar conciencias? ¿Qué motores han servido para que se viva auténticamente el diseño más allá de aquello que acontece en aulas y talleres?


Estos últimos meses he visto muchas lonas... y se han multiplicado mis dudas.