[1] Hace una década salió de prensa el libro Curves of Time: Oscar Niemeyer memoirs, editado por Phaidon. En esta publicación se incluyen textos que conforman una de las piezas biográficas más completas en torno al arquitecto brasileño.
martes, 28 de diciembre de 2010
Relato inédito IV: Vida longa e prolífica.
viernes, 17 de diciembre de 2010
Tres bloques en el centro tradicional de Mexicali: una colaboración en el curso de diseño urbano.
domingo, 12 de diciembre de 2010
La nueva escuela de la Facultad de Arquitectura y Diseño de la UABC.
sábado, 27 de noviembre de 2010
Arquitectura mexicana contemporánea. Diez testimonios de nuestra época.
La arquitectura es el testigo insobornable de la historia, porque no se puede hablar de un gran edificio sin reconocer en él el testigo de una época, su cultura, su sociedad, sus intenciones...Octavio Paz.
viernes, 26 de noviembre de 2010
Relato inédito III: ¿Esto es arte? Los síntomas de la fruición estética en el arte contemporáneo.
Ayer concluimos la clase de Historia del Arte y la Cultura en la Facultad de Arquitectura y Diseño de la UABC y, como ha venido sucediendo en los últimos dos años, el curso cerró con una serie de exposiciones por parte de los alumnos en los cuales se estudiaron algunos ejemplos del arte moderno, ubicándonos en el marco de sus respectivas tendencias (dadaísmo, expresionismo abstracto, land art, entre otros). En cada uno de estos cinco semestres el común denominador ha sido la confrontación de opiniones, mismas que suelen dejarnos situados en la pausa ante esta cuestión: "Entonces, ¿qué es arte?" Celebrando estos dos años de enriquecedoras experiencias publico ahora un breve texto que -en aquel momento- solamente intentaba resumir el capítulo "La fruición estética" del libro Las oscilaciones del gusto. El arte de hoy entre la tecnocracia y el comunismo, obra del crítico de arte, pintor y filósofo italiano Gillo Dorfles.
En definitiva, el acto creativo no se realiza por el artista sólo; el espectador pone la obra en contacto con el mundo exterior descifrando, e interpretando, sus características internas, y con ello añade su contribución al acto creativo. Esto llega a ser más evidente cuando la posteridad da su veredicto final y, a veces, rehabilita a artistas olvidados.
Marcel Duchamp, 1956.
Cuántas veces hemos escuchado en alguna galería o sala de arte moderno o contemporáneo, la reacción que peyorativamente el público hace al encontrarse con una obra ya sea de arte conceptual o arte pop; dadaísmo o expresionismo abstracto... "¿Esto es arte? ¡Es una burla! ¡Hasta yo lo puedo hacer! Entonces, ¡yo también soy artista!" Esto puedo apuntarlo como sintomático de la fruición o disfrute estético de nuestros días.
Esta resistencia al arte contemporáneo por una buena parte de ciertos grupos de espectadores se puede revelar como un estancamiento en aquello que etiquetamos como “gusto”. Esa añeja noción de “buen gusto”, cuyo enfoque estaba basado en los antiguos cánones que indicaban qué era belleza y qué era arte, o del “mal gusto”, que era todo aquello que no consideraban los dogmas como objeto artístico, parece estar aún presente, acentuándose el rigor de despreciar nuevas expresiones cuando surgen -hace ya un siglo- movimientos de repulsa como el Dadá.
Al surgir este arte de repulsa por ejemplo, posicionado en contra de los cánones, de los lugares “dignos” para exhibir el arte, de la crítica de arte y de la burguesía en ciernes que se jactaba ya de tener voz para calificar qué entraría o no en una de sus galerías, se da por sentado que el arte como tal ha muerto. Esta revolución, que viene a ser el germen tanto del expresionismo abstracto como del arte póvera, o del art brut, pone para muchos en tela de duda el valor de la producción artística de nuestros días; de tal modo que la idea de objeto de arte perdurable se esfuma, ya no hay monumentos; el objeto ya no tiende a la permanencia, sino a lo efímero, a lo desmontable, a lo desechable. Incluso, el objeto resultante como tal ya carece de valor, lo que importa y trasciende es el proceso. El culto al objeto ha fenecido, el pensamiento se revalora -o valora- como recurso.
Detrás de una simple lata de sopa Campbell’s existe un trasfondo más fuerte que el mero placer de exhibir lo cotidiano, lo popular. Si se juzga entonces quién es o no artista… ¿Quién tiene en nuestros días el poder o la capacidad de ejercer la crítica?
*El texto fue preparado para la clase "Arquitectura, arte y sociedad", impartida por el Arq. Felipe Leal dentro del programa de Maestría en Arquitectura, en la Facultad de Arquitectura de la UNAM. México, D.F., octubre de 2006.
viernes, 19 de noviembre de 2010
La pátina sobre los héroes.
El propósito de construir La Torre Bicentenario, se debe a la inquietud de un grupo de ciudadanos y empresas que dándose cuenta que en el año que cumple nuestro país doscientos años del inicio de su movimiento de Independencia y cien años del inicio de su Revolución, no existía en nuestra ciudad el reconocimiento a quienes con su sacrificio moldearon el rumbo de nuestro país, pero lo más grave era que a las futuras generaciones, los que ahora somos adultos, en esta fecha tan importante no les inculcamos con nuestra indiferencia el amor a la patria.
La entusiasta respuesta de nuestras empresas y ciudadanos se plasma en un placa conmemorativa y nos da gran satisfacción, pues un número importante respondió a la convocatoria, esto nos anima a seguir haciendo proyectos que embellezcan nuestra ciudad y con el tiempo transformarla en la mejor de las fronteras.
viernes, 12 de noviembre de 2010
El conocimiento del ambiente.
El libro representa un encuentro virtuoso de académicos de las instituciones que conforman el Consorcio de Universidades Mexicanas, CUMex, donde plantean sus experiencias de enseñanza e investigación en las áreas de arquitectura y urbanismo. Lleva implícito fortalecer el trabajo colegiado de pares académicos cuyo trabajos responden a problemáticas de acuerdo a las diversas regiones del país, lo que posibilita enriquecer la forma de conceptualizar los temas, discutiendo los métodos y encontrando los elementos comunes para lograr una visión de conjunto de cómo se realiza la investigación en las instituciones participantes en la cátedra.M. Arq. Jesús Antonio Ley G.
lunes, 8 de noviembre de 2010
¿Monumento?
monumento.
1. m. Obra pública y patente, como una estatua, una inscripción o un sepulcro, puesta en memoria de una acción heroica u otra cosa singular.
2. m. Construcción que posee valor artístico, arqueológico, histórico, etc.
3. m. Objeto o documento de utilidad para la historia, o para la averiguación de cualquier hecho.
4. m. Obra científica, artística o literaria, que se hace memorable por su mérito excepcional.
Real Academia Española.
En la ciudad de Mexicali se erige una estructura para ser inaugurada como parte de los festejos del Centenario de la Revolución Mexicana. Al verla y encontrar -días después- en la primer plana de un diario local una encuesta vía web para que los lectores expresaran su postura ante la pregunta "¿Considera adecuada la construcción del monumento por el Centenario de la Revolución?" reproduje dicha cuestión en un post de la red social Facebook y, dicho sea de paso, preciso que el diseño no es del artista Carlos Coronado (como se anuncia en la página del periódico, sino de una oficina de arquitectura de esta ciudad de la cual me reservo el nombre).
Las reacciones fueron diversas, desde la más optimista tolerancia que preconiza las iniciativas (en este caso privadas) de intervención del espacio público, hasta las posturas que lamentaron tal acto, subrayando más la falta de transparencia en el proceso que lo risible o inelegante del objeto. Agradezco el interés por atender y la franca respuesta de quienes ingresaron a dicha entrada en la red.
sábado, 30 de octubre de 2010
"Paisaje intersticial" en la Maestría en Desarrollo Urbano. Universidad Iberoamericana.
Lara Almarcegui, Guía de descampados de Sao Paolo, 2006.
sábado, 23 de octubre de 2010
¿Homenaje o plagio?
sábado, 16 de octubre de 2010
El valor de la memoria.
Aunque reconozco que mi memoria no es mala, soy capaz de acordarme de una gran cantidad de datos e información mientras doy carrera a las once diferentes materias que cada año imparto en el Posgrado de Arquitectura de la UNAM, además de mis investigaciones personales y las de mis tutorandos, de las cuales he de llevar el hilo conductor, entre otras muchas cosas como leer por lo menos un buen libro al mes y realizar estas reflexiones para compartir con mis amigos por email.Sin embargo, reconozco que actualmente, la memorización de textos en el ámbito escolar ha perdido mucho sentido. ¿Para qué memorizar lo que aparece a golpe de Google? O dicho en otras palabras “In Google we trust”. Así pues, cada vez más, se premia el razonamiento o la composición frente a la pura enumeración o repetición de loro. Y eso está bien: pensar es más importante que memorizar.Pero ¿memorizar tiene algún valor?La profesora Maryanne Wolf narra la siguiente anécdota sobre los motivos de una persona para forjar en el yunque de su memoria algunos datos escogidos:La abuela judía de ochenta y seis años de mis hijos, Lotte Noam, desconcertaría a las futuras generaciones. Apenas hay ocasión que no sea capaz de citar de manera pertinente un poema de tres estrofas de Rilke, un pasaje de Goethe o un pícaro verso humorístico, para infinito deleite de sus nietos. Una vez, en un ataque de envidia, pregunté a Lotte cómo era capaz de memorizar tantos poemas y chistes. Ella respondió con sencillez: “Siempre quise tener algo que nadie pudiera quitarme si alguna vez me metían en un campo de concentración”.
Los neurocientíficos no han podido constatar aún qué implicaciones tendrá en las generaciones futuras la cada vez menor necesidad de memorizar textos y el apoyo en prótesis memotécnicas más sofisticadas.
Así que, por si acaso, escoge uno o dos poemas, o lo que quieras conservar, tal y como lo hizo Lotte Noam, y memorízalos para que nadie pueda manipularlos, borrarlos o robarlos. Al menos no podrán quitarte eso si te condenan en un campo de concentración.
Dra. Consuelo Farías-van Rosmalen.
martes, 12 de octubre de 2010
VI CTV | Recuperar las ruinas. Espacio público y prospectiva del paisaje post-industrial de Mexicali.
El acelerado crecimiento de la ciudad de Mexicali, tan evidente durante las últimas décadas, ha provocado un crecimiento disperso hacia la periferia así como el despoblamiento de algunas áreas centrales: grandes baldíos, percibidos como alegoría de su paisaje desértico; estructuras arquitectónicas abandonadas; predios rústicos y fincas otrora rurales que han quedado deshabitadas, queriendo reclamar un retorno a su imagen pintoresca. Este tipo de lugares cohabitan el mismo territorio de la ciudad ordenada y dinámica, constituyendo en suma el paisaje intersticial característico de la ciudad. Son también las zonas industriales en obsolescencia las que se han acumulado en esta urbe fronteriza, reliquias de la modernidad que emergen intermedias de la parte densa del tejido urbano, representando un inminente posfordismo.
Por otra parte, el porcentaje de superficie dedicada a las áreas verdes con respecto al total del área urbana de esta ciudad capital instiga a que las prácticas en torno a la arquitectura, el urbanismo y el diseño del paisaje reflexionen en torno a sus recurrentes estrategias de generación de espacio público, no solamente para que se mantengan atentas a las derivaciones del desarrollo urbano, sino pertinentes ante las condiciones de la naturaleza en este territorio, particularmente aquellas concernientes a la geología y al clima. Ampliando la mirada hacia la escala global podemos darnos cuenta de que las más recientes propuestas de la arquitectura del paisaje -en las que se hace un replanteamiento sustancial de la disciplina- son tendientes hacia el reciclamiento de estructuras urbanas, estos proyectos apuestan por la recuperación de los vacíos urbanos y de los denominados “sitios tóxicos” en virtud de que emerjan nuevas centralidades, constituyéndose también nuevos espacios públicos. En este sentido, cabe la oportunidad de reflexionar en pos de la recuperación de las áreas industriales que esta ciudad nos ha venido presentando como residuo; la preocupación por estudiar esta suerte de grietas urbanas motivaría a que -prospectivamente- estos sitios conformen en suma un nuevo sistema de espacios abiertos. Asimismo, puede considerarse la factibilidad de que dichos lugares, tras su exitosa reconversión, se constituyan como patrimonio para nuestra ciudadanía. Tal potencial traería consigo un vigor regenerativo, no solamente material, sino humano; no sólo acogido por los alcances de la arquitectura o el diseño urbano, sino dócil ante un modo distinto de contemplar y habitar lo intersticial.
De este modo, la ponencia procura una estructura conformada básicamente por tres partes: un relato inicial que, con el esbozo de una reseña histórica encuadrada en el crecimiento urbano, nos acerque a la génesis de los paisajes post-industriales en Mexicali; posteriormente, se presenta una aproximación a las inquietudes teóricas de vanguardia que han aportado diversas disertaciones en torno al fenómeno de los también llamados terrain vague, procurando contextualizar dichas perspectivas al caso en cuestión y, finalmente, más que constituirse una propuesta concluyente ante la problemática, se construye una plataforma reflexiva y abierta que sirva de base para la formulación de futuras estrategias.