Este 8 de
septiembre cerca de las 3:40 de la tarde se suspendió la energía eléctrica en
los cinco municipios de Baja California, en la ciudad sonorense de San Luis Río
Colorado, así como en San Diego, Imperial y Yuma, condados vecinos de la
frontera.
El incidente se
prolongó durante más de cinco horas dejando sin luz a cerca de 5 millones de
personas; tras los primeros minutos de incertidumbre y especulación, llegaron
-para muchos- horas de desesperación: el calor aun superior a los 40 grados en
los municipios de Mexicali y San Luis Río Colorado empezó a colmar la paciencia
de sus habitantes.
Fue una
contingencia ocasionada en Arizona la que provocó, dada la interconexión
binacional, una desestabilización generalizada en la energía. Así, se pusieron
a prueba nuestras condiciones de alerta ante situaciones como la de un sismo,
una tormenta o alguna otra emergencia. Las compras de pánico evidenciaron que
aun nos falta entrenamiento para afrontar las vicisitudes que nos ofrece la
naturaleza o bien, para sobrellevar los fallos de nuestra infraestructura.
Otras conductas mostraron que la urbanidad, esa que se da en las calles y desde
el automóvil, es un bien rescatable.
Después de una
espera en la que únicamente algunas radiodifusoras mantenían al tanto a la
ciudadanía, llegó el ocaso; los vecinos salían de sus casas al tiempo en que la
luz natural se reducía, el haz de las lámparas de mano y el unísono de los
radios portátiles se asomaban a las banquetas.
Enseguida, las
sombras proyectadas por la luna empezaban a dibujarse con una creciente
nitidez, se dejaba sentir un viento intermitente... y las estrellas -nunca
advertidas en una jornada convencional- decoraban el cielo.
Al llegar la
luz, los testimonios vox populi dejaron de manifiesto que
seguramente muchos padecieron el aburrimiento, proyectando así su dependencia
ante la tecnología; asimismo, se hizo patente que seguramente pocos disfrutaron
de una noche poco habitual en la ciudad, evidenciando su extrañamiento ante la
naturaleza. ¿Cuántos celebramos el respiro?
Siempre hay apagones en verano porque las empresas de electricidad nos timan no invierten en equipos nuevos entonces al no hacer inversiones nos quedamos todos sin luz por suerte ahora no etsoy tan preocupada porque estoy vacacionando en unos hoteles en rosario pero deberían invertir un poco mas.
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