jueves, 14 de julio de 2011

Casinos en la frontera: la suerte de los baldíos.





La historia de la arquitectura en ciudades fronterizas del norte de México no puede describirse sin el importante episodio que significó el llamado Volstead Act o -como es conocido de este lado- la "Ley Seca" impuesta en los Estados Unidos de América poco antes de iniciarse los años veinte; este periodo en el cual se asentaron numerosos centros de entretenimiento, como bares, cantinas y casinos en los cuales se ofrecía la venta de alcohol, trajo consigo un fuerte desarrollo económico, así como un impacto social de suma trascendencia para la conformación de lo que ahora es Baja California.

Así, mientras en el territorio estadounidense se daba un giro a la moralidad del país prohibiendo la fabricación, comercialización y consumo de alcoholes, en ciudades fronterizas al igual que en otras cercanas a la línea divisoria con el país vecino, fueron erigidas fábricas y expendios de bebidas alcohólicas, así como negocios afines: prostíbulos, hoteles, restaurantes, casas de juego, estableciéndose incluso el tráfico de drogas (opio). Mexicali no fue la excepción, por lo que muchos extranjeros, principalmente norteamericanos y chinos, establecieron esta clase de negocios en el primer y segundo cuadro de la ciudad. Esto, junto con la coexistencia de otras dinámicas socioeconómicas que fueron definiendo la función de la actual capital del estado, comportó una sobrepoblación territorial de los primeros cuadros de la urbe, instigando un desplazamiento por parte de la población residente de aquellos primeras manzanas hacia las zonas periféricas; esto devino en la aparición de los primeros intersticios urbanos de Mexicali.

A casi 110 años de haber sido fundada esta ciudad, podemos percatarnos que desde hace tiempo han venido erigiéndose nuevos contenedores que albergan los llamados "casinos"; tras la entrada en vigor de un marco normativo que permite la apertura de casas de juego en nuestro país, emergen con un efecto casi multiplicador sitios de apuestas que empiezan a constituirse como una de las más socorridas opciones de ocio para los adultos mexicalenses. Efectivamente, esto no es privativo de esta localidad, muchas áreas urbanas del país han venido experimentando esta metamorfosis del ámbito comercial y de servicios. Se trata de una arquitectura anodina para el Blackjack y las máquinas tragamonedas, atmósferas insípidas edificadas solo para el despilfarro y el calentamiento de sillas la que empieza a conformarse como el referente formal en una cultura arquitectónica aun sedienta de aportaciones pertinentes con el medio urbano, el contexto (por más difuso que éste siga siendo) y de una ciudadanía que desdeña una oferta cultural de la que hace no mucho adolecía este enclave desértico.





Hace cerca de ocho décadas se dibujaban los primeros vacíos en esta y otras ciudades fronterizas; hoy, los paisajes inciertos que durante incontables jornadas aparecían obsoletos en medio del entramado urbano son el objetivo de quienes invierten en este -al parecer- fructífero negocio. Con la velocidad destructiva y voraz del bulldozer y la inmediatez constructiva (y no menos voraz) del tablarroca aparecen nuevos referentes arquitectónicos y culturales en nuestra capital. Habrá que estar expectantes a que el constante devenir de intersticios haga el censo con las ahora estrenadas y concurridas casas de juego... siendo así, habrá que ser también optimistas de que nuestra urbe no decaiga en una suerte de Sin City...




jueves, 7 de julio de 2011

Relato inédito VI: El museo experimental "El Eco": ¿Soporte o espacio?






Hoy en día, se han atomizado notablemente, comentándolo como un buen pronóstico, los modos de entender no sólo los nuevos soportes para el arte contemporáneo, sino los lugares de exhibición. Se observa en muchas de nuestras ciudades, como lugares metropolitanos del arte, que las alternativas a través de la instalación multimedia, el happening, o la obra de sitio específico son no solamente ya aceptadas, sino que se convierten en la alternativa más adecuada para referirse a una condición contemporánea en tanto arte.




Asimismo, se piensa en el museo como uno de tantos espacios o estructuras para exhibir, más no los únicos; se opta por el espacio público, por los flujos peatonales, por aquellos lugares de encuentro en donde prima muchas veces la espontaneidad. Pero dentro de la categoría “museo”, como lo entendemos, existen diversas ideas: desde la caja de cristal en donde las arquitecturas buscan ser lo menos protagónicas en aras de una apreciación exclusiva de la obra que se exhibe, tal es el caso del MoMA de Taniguchi en Nueva York; hasta los edificios que, en sus formas, son en si mismos piezas de arte a las cuales “habrá que rendir culto” y que de este modo se convierten en “la pieza que se visita” desdeñándose de entrada la obra contenida en él, ejemplo de ello puede ser el efecto que causó Frank O. Gehry con el Museo Guggenheim de Bilbao. Puedo recordar en su justa escala, proporción y lugar “el Brancusi”, “el Pollock” o el objeto de Sol Le Witt como objetos autónomos, mas no puedo desligar ninguna instalación, ningún lienzo, u objeto alguno del despilfarro formal que caracteriza en su retórica al arquitecto canadiense.

El Museo Experimental del Eco, más que aportar un ejemplo clave de esa “arquitectura emocional” de las postrimerías de la arquitectura moderna en México, más que representar por mucho un paradigma de lo que promovieron aquellos motores de búsqueda de la arquitectura occidental de la segunda mitad del siglo XX (en donde se opta por superar el esquematismo formal del funcionalismo); es un justa opción como lugar de exhibición, posicionándose, según González Virgen en un ensayo publicado por el propio museo, como un “no-lugar”, privándose así del contexto urbano en que se encuentra, reducto del dinamismo urbano del cruce de Insurgentes y Reforma, lejos del bullicio de su entorno; renuncia a su emplazamiento, optimistamente, como pieza arquitectónica.





Desde el acceso se percibe la idea de que es un lugar de experimentación, de espontaneidades, sus muros son el soporte de artistas jóvenes; su espacio no ocupa verse repleto de objetos en sus bases o de cuadros sujetos en sus mamparas, el espacio se presta a ello, qué mejor soporte: la obra no es sin el espacio, sin su envolvente; luego entonces, la arquitectura no aspira a ser emotiva sin el artificio. El patio… tan rojo, tan negro y, de días despejados, tan azul, emblematiza esa arquitectura emocional.


*El texto fue preparado para la clase "Arquitectura, arte y sociedad", impartida por el Arq. Felipe Leal dentro del programa de Maestría en Arquitectura, en la Facultad de Arquitectura de la UNAM. México, D.F., septiembre de 2006.

domingo, 3 de julio de 2011

Versus Le Corbusier... hacia su arquitectura.





Si bien el Movimiento Moderno habrá de estudiarse y comprenderse como un fenómeno ya superado desde hace varias décadas, es importante subrayar lo pertinente que resultan las conexiones con las muy diversas aportaciones de aquellos maestros que, además de una prolífica obra y un bagaje teórico amplio, han dejado un legado importante para nuestros contemporáneos, reflejado patentemente en su producción arquitectónica.

Como parte del Máster en Proyectos Arquitectónicos Avanzados en su convocatoria 2011-2012 se ofrece el Módulo: "Estrategias de Arquitectura Singular", dentro del cual nos encontramos con el Seminario denominado Versus Le Corbusier, impartido por Raúl del Valle Gonzáles, quien amablemente ha extendido a este espacio la cordial invitación para que, quienes sigan este espacio, tengan acceso a la información relacionada con dicha convocatoria.

Ponemos a su disposición la información compartida por nuestro amigo, así como los links correspondientes a este programa de posgrado el cual inicia el próximo mes de octubre en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid

Versus Le Corbusier toma prestado en el título la preposición latina versus, palabra tomada de la jurisprudencia inglesa en el sentido siempre de confrontación, pero cuyo significado real es “hacia a”, “ir hacia”. De esta manera, Hacia Le Corbusier o Ir hacia Le Corbusier, podría rememorar en el título el manifiesto escrito en 1923 por el maestro, Vers une Architecture, en el que se prendía mostrar las claves de una arquitectura aún por llegar, y en la que hoy estamos completamente inmersos.

En esta tercera edición de Versus Le Corbusier trataremos de establecer las claves para entender la arquitectura de nuestro tiempo, mediante el análisis, comparación e influencia del pensamiento y la obra de Le Corbusier, en relación con otros maestros del Movimiento Moderno o con los arquitectos más representativos de la contemporaneidad. Pretendemos hacer una reflexión sobre los principios que rigen la arquitectura mediante un análisis y estudio entre los arquitectos y las obras más significativas de la historia de la arquitectura en general o de la modernidad y arquitectura contemporánea en particular. Y todos ellos, seleccionados por los propios alumnos en función de sus intereses de investigación: el seminario se adapta a las inquietudes de los alumnos sin perder los objetivos del mismo. Se trata pues de un seminario abierto y flexible, siempre condicionado por los arquitectos y temas seleccionados en cada ocasión por el alumnado. Se trata de una oportunidad de revisar la figura y obra de Le Corbusier en relación a otros grandes arquitectos.

Paralelamente, intentaremos transmitir al alumno los mecanismos y las claves para abordar su futura Tesis Doctoral con eficacia: enfrentar al alumno con la redacción de un texto que bien podría entenderse como un capítulo de su Tesis (citas, bibliografía, capítulos, referencias a imágenes, etc.) o realizar una exposición pública de los trabajos que bien podría entenderse como un ensayo de su lectura y defensa. Una publicación con registro ISSN recogerá los resultados obtenidos.

El Seminario se estructurará en tres partes. La primera, con una serie de clases de apoyo y contexto a la figura de Le Corbusier; la segunda, con una serie de clases en formato conferencia-coloquio impartidas por profesores invitados; la tercera parte consistirá en las clases impartidas por Raúl del Valle, director del Seminario. Este conjunto de clases de los profesores quieren ser además referencias para los alumnos a la hora de realizar sus trabajos: los alumnos podrán ver de mano de los profesores lo que ellos mismos tendrán que hacer al final del curso con las exposiciones públicas de sus trabajos. En la segunda semana de curso, el alumno seleccionará el arquitecto escogido para relacionar con Le Corbusier. La calificación constará de dos partes: la exposición pública que se realizará a finales de diciembre y un trabajo escrito que se entregará a lo largo del mes de enero.

Raúl del Valle



Desde este blog confiamos en el éxito de dicha actividad y agradecemos la confianza de Raúl para acercarse a un fiel servidor de ustedes.