jueves, 22 de diciembre de 2011

7mo Congreso Ciudades y Territorios Virtuales. Libro de ponencias.





Durante el mes de octubre el equipo de trabajo conformado por Nuno Norte Pinto, José Antonio tenedorio, Mark Santos y Raquel de Deus se dio a la tarea de editar la publicación que serviría de memoria para el 7mo Congreso Ciudades y Territorios Virtuales celebrado del 11 al 13 de octubre en la NOVA Universidad de Lisboa, Portugal.

Organizado en seis capítulos, de acuerdo a las mesas temáticas que fueron planteadas en dicho evento, el libro -presentando textos en tres diferentes lenguas (inglés, español y portugués) no sólo representa un compilado de los trabajos presentados (o entregados) en la ciudad lusitana, sino que es una referencia que nos ayuda a comprender el estado del arte en lo concerniente a Sistemas de Información Geográfica (GIS), ordenamiento territorial, diseño urbano, sustentabilidad y nuevas tecnologías en la arquitectura.






El Capítulo 1 de este libro, Modeling for urban and spatial analysis incluye la ponencia presentada por su servidor, misma que fue denominada La representación del vacío. Este proyecto, en lo personal, marca un significativo inicio en las tareas como profesor-investigador, situación que -a su vez- implica la definición de importantes compromisos a concretar en el año venidero.



domingo, 18 de diciembre de 2011

Relato inédito VII: Consuelo... y la permanencia.







En las últimas semanas en las que se ha encendido la mecha de las controversias pre-electorales, en las cuales cualquier evento (o accidente) es susceptible de convertirse en tender topic, he recordado -por alguna u otra razón- el único libro de Carlos Fuentes que he leído y que, sin presumirlo como parte de la tríada literaria que ha impactado a quien escribe esta entrada, considero que representa un lugar importante en mi formación (y en la repisa). Se trata de Aura -no daré más preámbulos, solamente subrayo, esta obra motivó una profunda reflexión en torno a la distancia importante que conservo con la literatura (que aun no he logrado equilibrar, gracias a la bibliografía propia del quehacer urbano-arquitectónico). Los diminutos párrafos siguientes son apenas una pequeña muestra (y no dejan de ser un simple divagar) de lo que sembró aquella lectura.*


¿Quién es Consuelo? ¿Quién el general? ¿Es Aura la eterna juventud de la anciana, o al menos la esperanza de permanecer en este mundo? Si no existiera Aura, no existiera esa cocina, la silla, la escalera. Pareciera que sólo Aura le da vida a esos objetos, es ella quien le da ánimos a Felipe de hacer perdurables esos ojos, de hacer infatigable esa mirada, Felipe registra pues cada instante glorioso, cada acontecimiento célebre. Dos dicotomías tan frágiles: la juventud, la vejez. La vejez es inmune a los ojos de Felipe y la vejez de Consuelo el lastre más duro que aquel de resistir. 

Los objetos, que quedan como testigos silenciosos del tiempo, nos ayudan a resistirnos a la idea de que envejecemos. Los objetos, las viejas habitaciones, los añejos rincones de nuestras ciudades, nos instigan muchas veces a asumir el papel de Consuelo; como Consuelo, es aquella ciudad que en sus edificios, en sus tradiciones, en sus calles y demás manifestaciones se resiste a la ausencia, a la vejez, a la muerte. Cada vacío urbano es pues, como otra Consuelo que ha errado en su intento de permanencia.


*Una versión más extensa de este texto fue preparado para la clase "Arquitectura, arte y sociedad", impartida por el Arq. Felipe Leal dentro del programa de Maestría en Arquitectura, en la Facultad de Arquitectura de la UNAM. México, D.F., septiembre de 2006.


sábado, 17 de diciembre de 2011

La prospectiva de la docencia por la ruta de las TICC.



Video compartido por los tutores durante el curso.



En este semestre que está concluyendo los profesores de la UABC tenemos la gran oportunidad de recibir cursos de formación docente en cualquiera de sus campi. La oferta de cursos se organiza de acuerdo a distintas dimensiones de formación y actualización, aquella que ha llamado más mi atención y sobre la cual he podido tener mayor participación como alumno es la denominada "Tecnologías de la Información". Según explica el Centro de Innovación y Desarrollo Docente, en esta dimensión se "busca que el docente aplique las competencias necesarias para la implementación del uso de las tecnologías de información y comunicación en los procesos de enseñanza y aprendizaje". Esta semana se dio el curso (en línea, desde luego) Educación y tecnologías: modalidades alternas, impartido por Yessica Espinosa, Félix Lizalde y Eduardo Perezchica, en torno a esta semana se trabajo quisiera compartir -a manera de corolario- algunas ideas abreviadas que un servidor ha vertido (y recogido) en (y de) esta experiencia.


Educación y tecnologías, una reflexión.

Desde hace poco más de una década se han utilizado de manera recurrente -y un tanto acrítica- conceptos tales como globalización y digitalización, de ambas nociones han derivado otras que, igualmente abstractas, dibujan de algún modo las condiciones que registra nuestro presente en muy diversas esferas; una de estas derivaciones es el concepto de “información”. Hoy en día, aquellos vocablos han adquirido especial preponderancia en el ámbito de la educación; en cierta proporción se han rebasado los horizontes que se esbozaban al iniciar el siglo XXI. No obstante, las evidencias de nuestro presente en sus muy diversas escalas, patentizan -sin lugar a dudas- los retos que aún quedan  por cumplir.[1]

Si bien, el fenómeno de la globalización anunció un acelere prodigioso al extinguirse aquel mundo bipolar que sucumbió en noviembre de 1989, la realidad que los mapamundi dibujan nos habla de fuertes contrastes que habrán de superarse para poder asumir que estamos encaminados hacia una globalización más auténtica. La educación: uno de los principales desafíos que se enlistan en las agendas de gobiernos, organismos e instituciones; la eclosión de los más sofisticados medios han coadyuvado en superar algunas de las condiciones contemporáneas, las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TICS) se advierten como las herramientas que harán asequible el ambicioso y cada vez más amplio acercamiento de grupos y regiones hacia la sociedad del conocimiento. Ante esto ¿Cuáles son los derroteros que tienen las Instituciones de Educación Superior (IES)? ¿Cuáles los rumbos a los que pudiera orientarse nuestra Alma Máter?


La educación y la sociedad del conocimiento.

Cuando hablamos de sociedad del conocimiento podemos definirla como una “sociedad que se necesita para competir y tener éxito frente a los cambios económicos y políticos del mundo moderno. Asimismo, se refiere a la sociedad que está bien educada, y que se basa en el conocimiento de sus ciudadanos para impulsar la innovación, el espíritu empresarial y el dinamismo de su economía.”[2]  En este sentido, la UNESCO en un reporte efectuado en 2005 titulado Hacia las sociedades del conocimiento, habla particularmente de ciertos contrastes que condicionan la construcción a nivel mundial de sociedades del conocimiento, subrayando el caso de los países menos adelantados, planteándose como uno de los principales desafíos el acceso a la información para todos.

Dado que el concepto de Sociedad del conocimiento (al igual que el de Sociedad de la información) deriva de la incorporación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación en las más variadas terrenos de las comunidades, sea este el económico, el social o el cultural es pertinente comentar que en base a ciertas estadísticas, cuya fuente habrá que ser revisada con particular cuidado, se indica que a nivel mundial en Latinoamérica y el Caribe se encuentra apenas un 10.3% del total de usuarios de Internet en el 2011. Asimismo (dentro de esta región) México, un país en donde el 30.7% de su población tiene acceso a la red, en el mapa de Latinoamérica ocupa un segundo lugar con un 16.4%, después de Brasil con un 35.8%, importante diferencia.

Aunque no asombran las estadísticas, considerando  las proporciones que conserva México en otros temas vinculados con el desarrollo, sí es importante subrayar esta diferencia cuando la planeación dentro de nuestro país (en sus muy diversos niveles) se cuenta con  el estandarte de impulsar el uso y desarrollo de las TIC. Tristemente, ciertas perspectivas indican que las estrategias que se han planteado a través de los distintos planes y programas no han podido cumplirse, registrándose importantes limitaciones sobre todo en términos de equidad y cobertura. Las deficiencias en la infraestructura, desde la educación básica hasta la de nivel superior, no dejan de ser un lastre para las localidades mayormente marginadas. A propósito de ello, Delia Crovi afirma que esta brecha digital se manifiesta en por lo menos cinco dimensiones:

1.    Tecnológica, referida a la infraestructura.
2.    De  conocimiento,  vinculada  a  las  habilidades  y  saberes  que  deben  poseer  quienes estemos involucrados.
3.    De información, dimensión en la que es posible distinguir dos sectores sociales: uno sobreinformado, con acceso a diferentes medios y generaciones tecnológicas; y otro desinformado,  con  acceso  limitado  a  las  innovaciones  tecnológicas,  sus actualizaciones y sus contenidos.
4.    Económica, por la falta de recursos para acceder a las TIC que se manifiesta tanto a nivel personal, como entre los sectores gubernamentales y algunos privados.
5.    De  participación,  que  significa  que  los  recursos  aportados  por  las  innovaciones tecnológicas puedan emplearse en un contexto democrático, con un marco legal y social  adecuado,  que  permita  a  los  individuos  y  a  las  naciones  igualdad  de oportunidades para expresarse e intervenir en las decisiones de un mundo global.[3]


Parecen incuestionables los puntos definidos en las líneas anteriores, la vigencia de cada uno de ellos (a cerca de ocho años de distancia) nos ponen ante un reto aun mayor cuando revisamos las políticas enunciadas tanto en el Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012, como en el Programa Sectorial de Educación (SEP) 2007-2012. En ambos, después de manifestar el rezago ante la falta de oportunidades para acceder a educación de calidad y a los avances en materia de tecnología, se hace especial énfasis en estrategias que hablan de un fortalecimiento de las capacidades de quienes forman a las nuevas generaciones así como de programas de estudio acordes a las imperantes expectativas de la sociedad y a las necesidades cambiantes del sector productivo. En este caso, ambos proyectos dependen insoslayablemente de las capacidades de las TIC; luego entonces, ante un abismo como el que se nos presenta, habrá que esperar a que sea resuelto el déficit para poder ver ejecutadas tareas tales como la capacitación continua, la mejora de los ambientes y los procesos, el incremento de los índices de aprovechamiento, la adecuación y flexibilización de los planes de estudio, entre otros retos encaminados a la reforma educativa.

Sin embargo, el panorama no se presenta tan abismal, a diferencia de lo que puede advertirse en la educación básica, el testimonio patente que nos ofrecen muchas Instituciones de Educación Superior representa el motor para seguir.

Como docente, el acceso a otros espacios para facilitar la enseñanza abierta y el aprendizaje autónomo se ha hecho posible con la plataforma Blackboard, herramienta institucional que la Universidad Autónoma de Baja California a través del Centro de Educación Abierta ha puesto al alcance de la comunidad universitaria y que, muchos reconocemos como un recurso versátil, en constante mejora y capaz de propiciar un auténtico ambiente de innovación, que trascienda los muros del aula en los distintos campi.[4]

Las líneas trazadas por organismos como la OEA o la UNESCO, además de subrayar que en latitudes como la nuestra es importante abatir las limitaciones y de invitar a que sociedad y gobierno participemos de manera intensa, representan un referente fundamental que -con el paso del tiempo- podrá indicarnos cuánto hemos avanzado… o cuánto más nos hemos rezagado.



[1] Fernández-Galiano, L. (2000). Split screen: la década digital. Arquine, 11, 56-61.
[2] Draft Declaration of Santo Domingo: Good Governance and Development in the Knowledge-Based Society (2006), CP/doc. 4093/06 rev. 6. Organización de Estados Americanos.
[3] Véase Crovi Druetta, Delia (2004). Sociedad de la información y el conocimiento. Algunos deslindes imprescindibles. En Sociedad de la información y el conocimiento. Entre lo falaz y lo posible. (17 – 56). Buenos Aires, Argentina: UNAM y La Crujía Ediciones.
[4] Peimbert Duarte, A. (2011, 17 de mayo) ¿Internet para el mundo? En Arquitecturas al borde… de la crítica. Recuperado el 11 de diciembre de 2011, de