sábado, 30 de octubre de 2010

"Paisaje intersticial" en la Maestría en Desarrollo Urbano. Universidad Iberoamericana.

Lara Almarcegui, Guía de descampados de Sao Paolo, 2006.



La Maestría en Desarrollo Urbano ofrecida en el Campus Tijuana de la Universidad Iberoamericana, cuyo énfasis se da en los Sistemas de Información Geográfica (GIS) tiene el objetivo de formar profesionales en el manejo de las disciplinas urbanísticas para el diseño, planeación, evaluación e investigación de proyectos y negocios urbanos o inmobiliarios, mediante la utilización de la tecnología en respuesta a las condiciones siempre cambiantes de los aspectos sociales, económicos, políticos y ambientales de la sociedad actual, en áreas de un futuro urbano sustentable.

Este fin de semana recibí la cordial invitación para presentar ante los estudiantes de este posgrado el proyecto "Paisaje intersticial. Mexicali: de la entropía al vacío", derivado de la tesis de maestría de un servidor, a la cual se han ido sumando -en los últimos dos años- algunas reflexiones que consolidan la disertación.

En dicho foro, llamó la atención el interés por el trabajo de Lara Almarcegui, artista española cuyo enfoque sobre los intersticios de la ciudad -centrado en la libertad de lo no planificado- ha aportado una contundente lección al ámbito disciplinar de la arquitectura y el urbanismo. Las imágenes de Almarcegui, parafraseando a Aarón Gutiérrez, provocan que cambie nuestra percepción sobre aquello que vemos como desapacible. Es gratificante ver que lo intersticial provoque cambios de perspectiva; esencialmente, esa fue una de las premisas de aquella disertación iniciada en la UNAM en 2006.

Agradezco la cordial invitación de Julia Cerrud y Aarón Gutiérrez por brindarme este espacio en su taller "Subsistemas Reaccionarios a Provocaciones Urbana", asignatura cuyo propósito se centra en asumir que la re-generación de espacios urbanos se informará de dinamicas culturales, sociales, ambientales y economicas en respecto a una serie de intervenciones no-lineales en espacios claves.



sábado, 23 de octubre de 2010

¿Homenaje o plagio?


Izq. Iglesia del Jubileo, Roma; der. Parroquia de San Francisco Javier, Mexicali.


En estos días he estado observando cómo concluyen las obras de remodelación de la Parroquia de San Francisco Javier, ubicada en el fraccionamiento Los Pinos de la ciudad de Mexicali. Debo admitir que se ha hecho notar la buena calidad de la mano de obra; asimismo, debo admitir que -desde el momento en que vi expuesta la maqueta en el interior del ya transformado templo católico- me sorprendió el modo en que la cita arquitectónica se nos manifiesta, sin respetar credos o ideologías...

Mi reacción ante aquel modelo a escala y ahora ante el templo que he frecuentado en los últimos 22 años se aproxima más a la decepción que al regocijo: el proyecto de remodelación es de una similitud innegable al diseño del laureado arquitecto norteamericano Richard Meier para la Iglesia del Jubileo, inaugurada en 2003 en los suburbios de Roma, esta iglesia fue erigida en el marco de las celebraciones del Jubileo 2000.

En otros episodios de la historia de la arquitectura occidental infinidad de obras han servido de modelo para otras que, reinterpretando la organización espacial, la composición de las fachadas o reproduciendo algún elemento arquitectónico significativo, logran imponerse por su capacidad para establecer una relectura de lo existente. Un caso paradigmático es el que Leon Batista Alberti hace en la fachada de Santa María Novella en pleno Quattrocento, el polifacético personaje se inspiró en la basílica de San Miniato al Monte (del románico florentino) para desarrollar el esquema de la portada, superando en términos de composición al referente románico.

Izq. Basíilica de San Miniato al Monte, Florencia; der. Iglesia de Santa María Novella, Florencia.


En el caso de la parroquia mexicalense, no solamente se ha acudido a la parte más débil que la memoria arquitectónica puede aportar como un mecanismo para la "cita", sino que las intenciones formales se han visto limitadas: las fachadas laterales y la solución del espacio interior lo evidencian. Así, solamente nos restaría cuestionar -por mero trámite- a qué nos enfrentamos... ¿A la honesta y deliberada construcción de un homenaje o a la esquisita tentación del plagio?



sábado, 16 de octubre de 2010

El valor de la memoria.



Justo ayer en una clase teórica veía con los alumnos de "Análisis y Concepto Arquitectónico" el tema de la memoria arquitectónica, el colofón de ésto fue el ánimo de invitar a que reflexionemos: El proceso de creación es un fenómeno en el que un conjunto de imágenes, o de conceptos memorizados y seleccionados se enfrentan, se eliminan, se superponen o se mezclan para crear una suerte de alquimia, por otra parte, es cada vez más agudo el modo en que los arquitectos nos convertimos en grandes consumidores de imágenes, cómo "administrar" nuestra memoria para procurar que cuando apliquemos la cita en nuestro trabajo como diseñadores ésta se pueda revestir como homenaje, interpretación o analogía, y no como plagio, simulación o copia.

En este sentido, amplío esta reflexión -copiando y pegando un mensaje que me ha enviado una muy estimada y respetable profesora de la maestría que cursé en la UNAM- en la que se plantea la pregunta ¿Memorizar tiene algún valor?

Aunque reconozco que mi memoria no es mala, soy capaz de acordarme de una gran cantidad de datos e información mientras doy carrera a las once diferentes materias que cada año imparto en el Posgrado de Arquitectura de la UNAM, además de mis investigaciones personales y las de mis tutorandos, de las cuales he de llevar el hilo conductor, entre otras muchas cosas como leer por lo menos un buen libro al mes y realizar estas reflexiones para compartir con mis amigos por email.

Sin embargo, reconozco que actualmente, la memorización de textos en el ámbito escolar ha perdido mucho sentido. ¿Para qué memorizar lo que aparece a golpe de Google? O dicho en otras palabras “In Google we trust”. Así pues, cada vez más, se premia el razonamiento o la composición frente a la pura enumeración o repetición de loro. Y eso está bien: pensar es más importante que memorizar.

Pero ¿memorizar tiene algún valor?

La profesora Maryanne Wolf narra la siguiente anécdota sobre los motivos de una persona para forjar en el yunque de su memoria algunos datos escogidos:

La abuela judía de ochenta y seis años de mis hijos, Lotte Noam, desconcertaría a las futuras generaciones. Apenas hay ocasión que no sea capaz de citar de manera pertinente un poema de tres estrofas de Rilke, un pasaje de Goethe o un pícaro verso humorístico, para infinito deleite de sus nietos. Una vez, en un ataque de envidia, pregunté a Lotte cómo era capaz de memorizar tantos poemas y chistes. Ella respondió con sencillez: “Siempre quise tener algo que nadie pudiera quitarme si alguna vez me metían en un campo de concentración”.

Los neurocientíficos no han podido constatar aún qué implicaciones tendrá en las generaciones futuras la cada vez menor necesidad de memorizar textos y el apoyo en prótesis memotécnicas más sofisticadas.

Así que, por si acaso, escoge uno o dos poemas, o lo que quieras conservar, tal y como lo hizo Lotte Noam, y memorízalos para que nadie pueda manipularlos, borrarlos o robarlos. Al menos no podrán quitarte eso si te condenan en un campo de concentración.

Dra. Consuelo Farías-van Rosmalen.



martes, 12 de octubre de 2010

VI CTV | Recuperar las ruinas. Espacio público y prospectiva del paisaje post-industrial de Mexicali.


El pasado 7 de octubre se llevó a cabo la sesión correspondiente a la mesa temática 7: Espacio público y calidad de vida urbana, en ella tuve la oportunidad de presentar la ponencia: Recuperar las ruinas. Espacio público y prospectiva del paisaje post-industrial de Mexicali. Cabe mencionar que ésta mesa fue la más concurrida del evento y la que, a su vez, recibió un mayor número de trabajos, situación que resulta bastante alentadora. ¡Hay mucho qué discutir sobre el espacio público! Les comparto el resumen de dicho trabajo.

El acelerado crecimiento de la ciudad de Mexicali, tan evidente durante las últimas décadas, ha provocado un crecimiento disperso hacia la periferia así como el despoblamiento de algunas áreas centrales: grandes baldíos, percibidos como alegoría de su paisaje desértico; estructuras arquitectónicas abandonadas; predios rústicos y fincas otrora rurales que han quedado deshabitadas, queriendo reclamar un retorno a su imagen pintoresca. Este tipo de lugares cohabitan el mismo territorio de la ciudad ordenada y dinámica, constituyendo en suma el paisaje intersticial característico de la ciudad. Son también las zonas industriales en obsolescencia las que se han acumulado en esta urbe fronteriza, reliquias de la modernidad que emergen intermedias de la parte densa del tejido urbano, representando un inminente posfordismo.


Por otra parte, el porcentaje de superficie dedicada a las áreas verdes con respecto al total del área urbana de esta ciudad capital instiga a que las prácticas en torno a la arquitectura, el urbanismo y el diseño del paisaje reflexionen en torno a sus recurrentes estrategias de generación de espacio público, no solamente para que se mantengan atentas a las derivaciones del desarrollo urbano, sino pertinentes ante las condiciones de la naturaleza en este territorio, particularmente aquellas concernientes a la geología y al clima. Ampliando la mirada hacia la escala global podemos darnos cuenta de que las más recientes propuestas de la arquitectura del paisaje -en las que se hace un replanteamiento sustancial de la disciplina- son tendientes hacia el reciclamiento de estructuras urbanas, estos proyectos apuestan por la recuperación de los vacíos urbanos y de los denominados “sitios tóxicos” en virtud de que emerjan nuevas centralidades, constituyéndose también nuevos espacios públicos. En este sentido, cabe la oportunidad de reflexionar en pos de la recuperación de las áreas industriales que esta ciudad nos ha venido presentando como residuo; la preocupación por estudiar esta suerte de grietas urbanas motivaría a que -prospectivamente- estos sitios conformen en suma un nuevo sistema de espacios abiertos. Asimismo, puede considerarse la factibilidad de que dichos lugares, tras su exitosa reconversión, se constituyan como patrimonio para nuestra ciudadanía. Tal potencial traería consigo un vigor regenerativo, no solamente material, sino humano; no sólo acogido por los alcances de la arquitectura o el diseño urbano, sino dócil ante un modo distinto de contemplar y habitar lo intersticial.

De este modo, la ponencia procura una estructura conformada básicamente por tres partes: un relato inicial que, con el esbozo de una reseña histórica encuadrada en el crecimiento urbano, nos acerque a la génesis de los paisajes post-industriales en Mexicali; posteriormente, se presenta una aproximación a las inquietudes teóricas de vanguardia que han aportado diversas disertaciones en torno al fenómeno de los también llamados terrain vague, procurando contextualizar dichas perspectivas al caso en cuestión y, finalmente, más que constituirse una propuesta concluyente ante la problemática, se construye una plataforma reflexiva y abierta que sirva de base para la formulación de futuras estrategias.

miércoles, 6 de octubre de 2010

VI CTV | Mesa temática 3: Las TIC en la arquitectura y el urbanismo. Representación, visualización y modelado de la realidad.



En estos momentos se está celebrando la segunda jornada del VI Congreso Ciudad y Territorio Virtual, cuya sede es la ciudad de Mexicali. En esta ocasión se presentó la 3a mesa, cuyo tema es: "Las TIC en la arquitectura y el urbanismo. Representación, visualización y modelado de la realidad." El Arq. Vicente Menchaca Sánchez tuvimos oportunidad de coordinar dicha sesión.

Las ponencias presentadas en esta mesa hacen patente el devenir de los medios tradicionales de representación, visualización y modelado de los espacios que habitamos. Para la arquitectura y el urbanismo, la actual relevancia de la transformación de estas herramientas atiende al impacto que han tenido las tecnologías para la creación, distribución y manejo de datos. La eclosión de la denominada sociedad de la información ha exigido -en los contextos de académicos y de profesionistas- que en el quehacer urbano-arquitectónico se vean involucradas aquellas herramientas para la concepción de modelos virtuales, recursos propios para el manejo de imágenes, así como el soporte de programas que facilitan la simulación dentro del espacio.

Se han expuesto lecturas en las que se promueve la inmediatez en que la información concerniente a lo urbano pueda ser accesible a la población, abordando también posturas teóricas cuya óptica encuentra en las redes sociales y en otros nichos de la web 2.0 un lugar posible para la participación ciudadana en el debate sobre el hábitat; se ven posturas que, con la presentación de casos prácticos, demuestran la confianza en que los sistemas de información geográfica (SIG) coadyuvan en la comprensión y proyectación de los sistemas urbano-regionales; igualmente, se ha hablado de la capacidad que tienen hoy en día las TICs para la administración del territorio, para superar las limitaciones del diseño urbano, en virtud de la imperante tendencia hacia la accesibilidad y el diseño universal, así también como para medir los alcances que la ficción lanzada por los medios masivos tiene para transformar nuestra percepción del paisaje.

viernes, 1 de octubre de 2010

Relato inédito II: "Las batallas en el desierto" La memoria arquitectónica como mecanismo de defensa. (Revisitando la obra de José Emilio Pacheco).

Oye, Carlos, ¿por qué tuviste

que salirte de la escuela esta mañana?

Oye, Carlos, ¿por qué tuviste

que decirle que la amabas, a Mariana?*


Las batallas en el desierto, obra del escritor José Emilio Pacheco, exhibe una fascinación por conectar los hechos de manera inseparable con lugares concretos, lugares que existen -o existieron-, paisajes urbanos que hoy en día no pueden negar sus preexistencias: calles, arquitecturas, barrios; imágenes vagas de aquello que hoy son vestigios, fragmentos del imaginario que sólo quienes pueblan estos territorios podrán dar testimonio, hacer mitos o construir leyendas.

Leyendas como la de Mariana; como la de Carlos; como la mía que al cumplir diez años de edad emigro al noroeste del país, aunque mi infancia quedó realmente instalada en una colonia de la Ciudad de México; fue cuando cambié de escuela, de amigos -incluso de familia-, de calles para jugar, de luces y de sombras... Hoy, 18 años después, regreso; aquel paisaje dista un tanto de ser el mismo de hace casi dos décadas. La nostalgia me invade por que los que habitan aquel lugar, preservado como tal ya sólo en mi memoria, ya no es el mismo; yo ya no soy el mismo. Así, en la cartografía de José Emilio Pacheco se ha borrado la noción de permanencia.



Se es consciente que la ciudad cambia, se renueva; algunos de sus destinos han muerto para dar vida a otros. Recordar la melodía de algún bolero de antaño, se liga con la imagen de alguna esquina de “la Roma”; cruzar hoy una avenida, recuerda el paso de aquel tranvía por Insurgentes que dista mucho de asemejarse al metrobús de nuestros días.

Es interesante darse cuenta que, como una suerte de mecanismo de defensa, nos resistimos al cambio, por bruscos o sutiles que estos puedan ser. Carlos jamás aceptó la muerte de Mariana… el derrumbe de aquella habitación en la cual fue declarado su prematuro amor ante ella… el colapso de su otrora escuela. Todo esto, relatado en un lenguaje coloquial aderezado con acontecimientos de la vida política del país, así como de retratos de la familia mexicana, se coloca a la novela lejos de cualquier ficción.

Así también, resulta en algo gratificante descubrir que dentro de estos territorios del arte, la arquitectura tiene sobre las historias y sus personajes (protagonistas o antagonistas) una pregnancia inigualable a cualquier otra expresión.

Una vez más, la arquitectura constata su vocación -parafraseando a Octavio Paz- como testigo insobornable de la historia...

*Fragmento de la canción “Las batallas” (Café Tacvba, 1992).

**El texto fue preparado para la clase "Arquitectura, arte y sociedad", impartida por el Arq. Felipe Leal dentro del programa de Maestría en Arquitectura, en la Facultad de Arquitectura de la UNAM. México, D.F., septiembre de 2006. La fotografía corresponde a la imagen actual del edificio en el cual viví los primeros tres años de mi infancia, inmueble ubicado en la calle de Tlacotalpan, Colonia Roma Sur. México, D.F.