sábado, 27 de noviembre de 2010

Arquitectura mexicana contemporánea. Diez testimonios de nuestra época.




Esta semana que está concluyendo se llevó a cabo la exposición de trabajos semestrales presentados por los alumnos del quinto semestre de la carrera de arquitecto en la Facultad de Arquitectura y Diseño de la UABC.

En el contexto de las celebraciones que rememoran dos momentos fundamentales de nuestra historia resulta ineludible conformar un registro de aquello que hoy en día representa la cultura material; posiblemente, parte de ésta se constituirá como el patrimonio de las futuras generaciones. La arquitectura producida en los últimos años, como ingrediente de este bagaje colectivo, sirve de referente para dimensionar la trascendencia de las tan diversas inquietudes proyectuales que caracterizan al mainstream de la arquitectura en México: ¿Cómo se manifiesta la arquitectura 200 años después de de iniciada la Independencia y a 100 años de emprendida la Revolución?

La arquitectura es el testigo insobornable de la historia, porque no se puede hablar de un gran edificio sin reconocer en él el testigo de una época, su cultura, su sociedad, sus intenciones...
Octavio Paz.

Los alumnos de la asignatura Análisis y Concepto Arquitectónico, materia que he impartido -con algunos recesos- en los últimos cinco años, establecen una narrativa que, basada en el estudio de diez casos localizados en distintos puntos de la geografía nacional, nos acerca al conocimiento de los componentes de un edificio, como primer paso hacia una visión crítica del fenómeno arquitectónico; así, esta muestra de láminas y maquetas que complementan la serie de exposiciones (presentadas en el aula) que abordan el exhaustivo análisis de las obras, evidencian que en esta fase de formación los futuros egresados observan al objeto arquitectónico en sus partes y como un todo, sin abstraerse de los aspectos generatrices del proyecto en el ámbito socioeconómico, en relación al lugar y al tiempo en que se encuentra la propuesta.

La selección de obras, un tanto aleatoria y quizá más empírica que concienzuda, nos permitió constatar que la cultura arquitectónica nacional sigue estacionada en un proceso embrionario, situación que contrasta en un país en el cual hay -disparadamente- más escuelas de arquitectura que en muchos países de Europa. No obstante, lejos de una postura derrotista, es importante no evadir la crítica, ni la visión retrospectiva, a la par de seguir picando piedra y adecuando el hábitat.


viernes, 26 de noviembre de 2010

Relato inédito III: ¿Esto es arte? Los síntomas de la fruición estética en el arte contemporáneo.

Ayer concluimos la clase de Historia del Arte y la Cultura en la Facultad de Arquitectura y Diseño de la UABC y, como ha venido sucediendo en los últimos dos años, el curso cerró con una serie de exposiciones por parte de los alumnos en los cuales se estudiaron algunos ejemplos del arte moderno, ubicándonos en el marco de sus respectivas tendencias (dadaísmo, expresionismo abstracto, land art, entre otros). En cada uno de estos cinco semestres el común denominador ha sido la confrontación de opiniones, mismas que suelen dejarnos situados en la pausa ante esta cuestión: "Entonces, ¿qué es arte?" Celebrando estos dos años de enriquecedoras experiencias publico ahora un breve texto que -en aquel momento- solamente intentaba resumir el capítulo "La fruición estética" del libro Las oscilaciones del gusto. El arte de hoy entre la tecnocracia y el comunismo, obra del crítico de arte, pintor y filósofo italiano Gillo Dorfles.

En definitiva, el acto creativo no se realiza por el artista sólo; el espectador pone la obra en contacto con el mundo exterior descifrando, e interpretando, sus características internas, y con ello añade su contribución al acto creativo. Esto llega a ser más evidente cuando la posteridad da su veredicto final y, a veces, rehabilita a artistas olvidados.

Marcel Duchamp, 1956.

Cuántas veces hemos escuchado en alguna galería o sala de arte moderno o contemporáneo, la reacción que peyorativamente el público hace al encontrarse con una obra ya sea de arte conceptual o arte pop; dadaísmo o expresionismo abstracto... "¿Esto es arte? ¡Es una burla! ¡Hasta yo lo puedo hacer! Entonces, ¡yo también soy artista!" Esto puedo apuntarlo como sintomático de la fruición o disfrute estético de nuestros días.

Esta resistencia al arte contemporáneo por una buena parte de ciertos grupos de espectadores se puede revelar como un estancamiento en aquello que etiquetamos como “gusto”. Esa añeja noción de “buen gusto”, cuyo enfoque estaba basado en los antiguos cánones que indicaban qué era belleza y qué era arte, o del “mal gusto”, que era todo aquello que no consideraban los dogmas como objeto artístico, parece estar aún presente, acentuándose el rigor de despreciar nuevas expresiones cuando surgen -hace ya un siglo- movimientos de repulsa como el Dadá.

Al surgir este arte de repulsa por ejemplo, posicionado en contra de los cánones, de los lugares “dignos” para exhibir el arte, de la crítica de arte y de la burguesía en ciernes que se jactaba ya de tener voz para calificar qué entraría o no en una de sus galerías, se da por sentado que el arte como tal ha muerto. Esta revolución, que viene a ser el germen tanto del expresionismo abstracto como del arte póvera, o del art brut, pone para muchos en tela de duda el valor de la producción artística de nuestros días; de tal modo que la idea de objeto de arte perdurable se esfuma, ya no hay monumentos; el objeto ya no tiende a la permanencia, sino a lo efímero, a lo desmontable, a lo desechable. Incluso, el objeto resultante como tal ya carece de valor, lo que importa y trasciende es el proceso. El culto al objeto ha fenecido, el pensamiento se revalora -o valora- como recurso.

Detrás de una simple lata de sopa Campbell’s existe un trasfondo más fuerte que el mero placer de exhibir lo cotidiano, lo popular. Si se juzga entonces quién es o no artista… ¿Quién tiene en nuestros días el poder o la capacidad de ejercer la crítica?

*El texto fue preparado para la clase "Arquitectura, arte y sociedad", impartida por el Arq. Felipe Leal dentro del programa de Maestría en Arquitectura, en la Facultad de Arquitectura de la UNAM. México, D.F., octubre de 2006.



viernes, 19 de noviembre de 2010

La pátina sobre los héroes.




En las postrimerías de la fiesta que rememora la Independencia y la Revolución Mexicana aparece un hito -no monumento- entre las escasas superficies verdes del Centro Cívico de Mexicali. Desde entonces, la diversificada respuesta de la comunidad mexicalense no se hizo esperar para cuestionar: si el Estado estaba invirtiendo en esta intervención del espacio público, por qué no se había sujeto a un proceso transparente, por la vía del concurso. [Ver: ¿Monumento?] No obstante, hace un par de semanas salió un artículo de prensa publicado en el la página web del blog local Encuentro 29 en el cual René Acuña, Director Ejecutivo del Consejo de Desarrollo Económico de Mexicali, justifica este iniciativa:

El propósito de construir La Torre Bicentenario, se debe a la inquietud de un grupo de ciudadanos y empresas que dándose cuenta que en el año que cumple nuestro país doscientos años del inicio de su movimiento de Independencia y cien años del inicio de su Revolución, no existía en nuestra ciudad el reconocimiento a quienes con su sacrificio moldearon el rumbo de nuestro país, pero lo más grave era que a las futuras generaciones, los que ahora somos adultos, en esta fecha tan importante no les inculcamos con nuestra indiferencia el amor a la patria.
Recordemos que existen dos obras, entre algunas otras, que aluden -cada una- a dichos momentos de nuestra historia nacional: la estatua ecuestre de Vicente Guerrero ubicada sobre el Bulevar Adolfo López Mateos y la estatua del General Alvaro Obregón, localizada como remate visual en el cruce de la avenida del mismo nombre y la calle Julián Carrillo, misma que tiene como fondo el edificio de Rectoría de la UABC. El estado físico en el que se encuentran la decena de piezas, destacando éstas ya mencionadas por el contexto de la celebración en este 2010, podría llevarnos a pensar que hubiera sido más loable una iniciativa (igualmente privada, claro está) que se ocupara de un exhaustivo remozamiento o restauración de -al menos- estas dos figuras que tan visiblemente lo ameritan.



En el mencionado artículo periodístico, Acuña subraya que éste ha sido un proyecto con una notable respuesta; siendo así, parece paradójico que la reacción generalizada de la ciudadanía haya manifestado, con cierta insatisfacción, la puesta en marcha de este anacrónico emblema.

La entusiasta respuesta de nuestras empresas y ciudadanos se plasma en un placa conmemorativa y nos da gran satisfacción, pues un número importante respondió a la convocatoria, esto nos anima a seguir haciendo proyectos que embellezcan nuestra ciudad y con el tiempo transformarla en la mejor de las fronteras.
Siempre son bienvenidas las iniciativas que tengan como foco de atención al espacio urbano, ese que es público y sobre el cual quedan representados los atributos que caracterizan a la más auténtica colectividad; sin embargo, para lograr "hacer ciudad" no se debe rehuir del consenso.





viernes, 12 de noviembre de 2010

El conocimiento del ambiente.




Recientemente ha salido de prensa el libro que compila los trabajos presentados en la Cátedra en Arquitectura "Carlos Chanfón Olmos", celebrada en dos ediciones en la ciudad de Mexicali, Baja California durante los meses de abril y noviembre de 2009. Dicha publicación, titulada El conocimiento del ambiente. Aportaciones a la arquitectura y al urbanismo y que representa un importante trabajo de compilación por parte de la M. Arq. Ana Margarita González González, se estructura -de acuerdo a la composición de las mesas de trabajo- en cuatro secciones: Arquitectura y ciudad, Arquitectura y patrimonio, Arquitectura, medio ambiente y tecnología y Arquitectura y Diseño.

El libro representa un encuentro virtuoso de académicos de las instituciones que conforman el Consorcio de Universidades Mexicanas, CUMex, donde plantean sus experiencias de enseñanza e investigación en las áreas de arquitectura y urbanismo. Lleva implícito fortalecer el trabajo colegiado de pares académicos cuyo trabajos responden a problemáticas de acuerdo a las diversas regiones del país, lo que posibilita enriquecer la forma de conceptualizar los temas, discutiendo los métodos y encontrando los elementos comunes para lograr una visión de conjunto de cómo se realiza la investigación en las instituciones participantes en la cátedra.
M. Arq. Jesús Antonio Ley G.

En el capítulo 15 de dicho libro se encuentra la ponencia que presenté en abril de 2009 "Parque Vicente Guerrero: el vacío como estrategia", el trabajo aborda el tema del parque urbano “Vicente Guerrero”, caso de estudio localizado en Mexicali y considerado como uno de los principales pulmones de la ciudad. El texto se estructura en tres partes: se inicia con breve esbozo histórico y social de la génesis del parque, para posteriormente hacer una lectura del objeto urbano-arquitectónico y sus diversos contextos; finalmente, se plantea una estrategia de intervención, mostrando las posibilidades de que un paisaje en donde reina la entropía exige convertirse en vacío.


lunes, 8 de noviembre de 2010

¿Monumento?


monumento.

(Del lat. monumentum).

1. m. Obra pública y patente, como una estatua, una inscripción o un sepulcro, puesta en memoria de una acción heroica u otra cosa singular.

2. m. Construcción que posee valor artístico, arqueológico, histórico, etc.

3. m. Objeto o documento de utilidad para la historia, o para la averiguación de cualquier hecho.

4. m. Obra científica, artística o literaria, que se hace memorable por su mérito excepcional.


Real Academia Española.

En la ciudad de Mexicali se erige una estructura para ser inaugurada como parte de los festejos del Centenario de la Revolución Mexicana. Al verla y encontrar -días después- en la primer plana de un diario local una encuesta vía web para que los lectores expresaran su postura ante la pregunta "¿Considera adecuada la construcción del monumento por el Centenario de la Revolución?" reproduje dicha cuestión en un post de la red social Facebook y, dicho sea de paso, preciso que el diseño no es del artista Carlos Coronado (como se anuncia en la página del periódico, sino de una oficina de arquitectura de esta ciudad de la cual me reservo el nombre).


Las reacciones fueron diversas, desde la más optimista tolerancia que preconiza las iniciativas (en este caso privadas) de intervención del espacio público, hasta las posturas que lamentaron tal acto, subrayando más la falta de transparencia en el proceso que lo risible o inelegante del objeto. Agradezco el interés por atender y la franca respuesta de quienes ingresaron a dicha entrada en la red.



Ahora, en un momento en el que la Real Academia Española ha aportado cambios importantes, dejo solo (solamente) una pregunta al aire: ¿La definición de monumento se ajusta al porte del hito que se levanta en el Centro Cívico de la capital bajacaliforniana, o le queda grande?