martes, 28 de diciembre de 2010

Relato inédito IV: Vida longa e prolífica.





En este mes de diciembre una de las más influyentes y geniales figuras de la arquitectura contemporánea celebró 103 años de su nacimiento, hoy rescato estas líneas que escribí en 2006 para la clase que durante los estudios de maestría preparé para la clase impartida por Felipe Leal.

Cuando hablamos de modernidad en la arquitectura la noción de carácter se hace ausente. Dada su racional “naturaleza”, para la tabula rasa en la proyectación arquitectónica del movimiento moderno, hubo que prescindir de ciertos valores heredados de las convenciones tradicionales, renunciar al bagaje de la academia, idealizar un usuario prospectivo, entre otras cosas sobre las cuales no abundaré. No obstante, si podemos defender que Latinoamérica fue foco de atención en plena eclosión de las vanguardias arquitectónicas es ineludible -para justificarlo con su debida propiedad y crédito- hablar de carácter… es ineludible hablar de Oscar Niemeyer.

Desde sus inicios, tomando como ejemplo al edificio del Ministerio de Educación y Salud en Río de Janeiro (en el que participaron también Lucio Costa y Le Corbusier) aun no se puede evidenciar aquella sensual curva -persistente entre sus obras más recientes- pero sí la exhuberancia que ha persistido hasta nuestros días en cada obra de este ilustre y centenario arquitecto. Dicha exhuberancia desde aquellos años treinta empieza a hacer eco, resonancia tal que, finalmente, adquiere forma y ésta se consolida en las obras que vieron la luz -y se apropiaron de ella- en Belo Horizonte una década después. En Niemeyer los principios de la arquitectura moderna son parte de su iniciático aprendizaje, pero la contundencia que en su obra expresan la plástica, la forma y el espacio se logran en un mero empirismo. Los volúmenes puros devienen, obedecen al pasaje; el promenade architecturale es un delicioso andar que evoca a las suaves cadencias del bossa nova de Antonio Carlos Jobim; los brise-soleil adquieren una textura tal que asemejan las artesanías de los nativos. En su obra, la estructura contiene y soporta, a su vez se antoja como ornamento, hace homenaje a la sensualidad, a las “curvas de la mujer amada”, parafraseando al maestro carioca.

Si bien se entiende en este arquitecto un consolidado lenguaje, a sus 103 años éste no ha perdido su vigencia acorde a nuestra atomizada arquitectura contemporánea; en su obra, tras la virtud de lograr el carácter que felizmente emanan, jamás se hace autoreferencia con obviedad textual, cada pieza es única. Niemeyer sabiamente afirma que quizá encontremos mejores arquitecturas que las que Brasilia emplaza, mas no logremos ver piezas iguales que aquellas. Caracas, París, Milán, Argelia y demás ciudades fuera de territorio carioca han presenciado su marca; ahí, las “curvas del tiempo”[1] también existen; la sinuosidad no es, en estos lugares connotación del paisaje... propiamente, es más la voluntad de crear.




[1] Hace una década salió de prensa el libro Curves of Time: Oscar Niemeyer memoirs, editado por Phaidon. En esta publicación se incluyen textos que conforman una de las piezas biográficas más completas en torno al arquitecto brasileño.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Tres bloques en el centro tradicional de Mexicali: una colaboración en el curso de diseño urbano.





Hace algunas semanas se dio algo insólito en la cátedra de la Facultad de Arquitectura y Diseño: el inicio de un grato ejercicio de colaboración entre cuatro docentes para cubrir los contenidos del curso de Diseño Urbano. En un periodo de cinco semanas, dado así por circunstancias no previstas, nuestra participación fue desarrollada en la cada vez más socorrida plataforma institucional de la UABC: Blackboard Academic Suite. El seguimiento a los alumnos, logrado en la modalidad de educación a distancia, incluyó el desarrollo de algunas lecturas fundamentales de autores tales como Kevin Lynch, Christian Norberg Schulz, Bernard Tschumi y Manuel de Solá-Morales; asimismo, se plantearon dos ejercicios prácticos, uno inducido a conformar un mapeo colectivo y otro a esbozar un análisis y exponer una propuesta de intervención en un zona característica del primer cuadro de la ciudad de Mexicali; ésta se conforma por tres manzanas (abarcando desde el cruce peatonal en la Garita Mexicali-Calexico hasta el edificio de la Universidad Tecnológica de la CFE).


La presentación de los trabajos finales -llevada a cabo el 8 de diciembre ya de forma presencial- registró muy variadas intenciones tanto en la representación del análisis como en la concepción de las propuestas; todas ellas de notable calidad, la serie de láminas -que cerca de una decena de equipos de trabajo mostró- evidenciaron que las competencias planteadas por la asignatura se estaban concretando.

Entre las propuestas, hubo una que en lo particular llamó la atención del auditorio. Destaca que en una propuesta además de apreciarse los alcances requeridos se compartió la aguda reflexión, la problematización y la crítica. El trabajo de Juan de Dios Carrillo, Carlos González y Paul Negrete subrayó un interés en el contexto social, en la historia como un referente relevante y al diseño universal (más allá del ya superado "diseño sin obstáculos" o "para personas con capacidades distintas") como el atributo proyectual más pertinente.

Agradezco la invitación de los profesores Thalía Gaona y Augusto Arredondo, así como la confianza que la profesora Soraya Willem ha depositado en nuestro desempeño. Así, confiando en que el trabajo colegiado puede contribuir enormemente al enriquecimiento de nuestra labor e incidir favorablemente en la formación de nuestros alumnos, espero que prácticas como éstas se vean amparadas por la continuidad. Igualmente. felicito por este medio al grupo y le doy las gracias a Juan de Dios Carrillo por el acceso a las imágenes utilizadas en esta entrada.





domingo, 12 de diciembre de 2010

La nueva escuela de la Facultad de Arquitectura y Diseño de la UABC.





Recientemente recibí la invitación para participar como observador en la entrega de trabajos del taller de diseño arquitectónico impartido por Aarón Onchi, sus alumnos -estudiantes del quinto semestre de la carrera de arquitectura, presentaron sus propuestas de intervención y recuperación del solar de la antigua maltera de la otrora Cervecería Mexicali.

Los resultados de esta curso advierten la avispada influencia de Onchi. La insistente búsqueda de revalorar y conferirle un auténtico sentido a la conceptualización, la capacidad de promover que en éste taller se propicie en los alumnos la creatividad, el ánimo para identificar y resolver problemas y que sean ellos mismos cada vez más responsables de su propia formación, son atributos que los futuros profesionistas deben aquilatar en las 16 semanas de convivencia en éste ambiente escolar.

Han sido cinco semestres de enriquecedoras oportunidades en las que he podido visitar al excelente amigo y novel arquitecto; la oferta de nuevos planteamientos del proceso proyectual (al menos para la Facultad de Arquitectura y Diseño de la Universidad Autónoma de Baja California), evidencia que emerge en sus aulas una nueva escuela, tan necesaria... tan pertinente.



sábado, 27 de noviembre de 2010

Arquitectura mexicana contemporánea. Diez testimonios de nuestra época.




Esta semana que está concluyendo se llevó a cabo la exposición de trabajos semestrales presentados por los alumnos del quinto semestre de la carrera de arquitecto en la Facultad de Arquitectura y Diseño de la UABC.

En el contexto de las celebraciones que rememoran dos momentos fundamentales de nuestra historia resulta ineludible conformar un registro de aquello que hoy en día representa la cultura material; posiblemente, parte de ésta se constituirá como el patrimonio de las futuras generaciones. La arquitectura producida en los últimos años, como ingrediente de este bagaje colectivo, sirve de referente para dimensionar la trascendencia de las tan diversas inquietudes proyectuales que caracterizan al mainstream de la arquitectura en México: ¿Cómo se manifiesta la arquitectura 200 años después de de iniciada la Independencia y a 100 años de emprendida la Revolución?

La arquitectura es el testigo insobornable de la historia, porque no se puede hablar de un gran edificio sin reconocer en él el testigo de una época, su cultura, su sociedad, sus intenciones...
Octavio Paz.

Los alumnos de la asignatura Análisis y Concepto Arquitectónico, materia que he impartido -con algunos recesos- en los últimos cinco años, establecen una narrativa que, basada en el estudio de diez casos localizados en distintos puntos de la geografía nacional, nos acerca al conocimiento de los componentes de un edificio, como primer paso hacia una visión crítica del fenómeno arquitectónico; así, esta muestra de láminas y maquetas que complementan la serie de exposiciones (presentadas en el aula) que abordan el exhaustivo análisis de las obras, evidencian que en esta fase de formación los futuros egresados observan al objeto arquitectónico en sus partes y como un todo, sin abstraerse de los aspectos generatrices del proyecto en el ámbito socioeconómico, en relación al lugar y al tiempo en que se encuentra la propuesta.

La selección de obras, un tanto aleatoria y quizá más empírica que concienzuda, nos permitió constatar que la cultura arquitectónica nacional sigue estacionada en un proceso embrionario, situación que contrasta en un país en el cual hay -disparadamente- más escuelas de arquitectura que en muchos países de Europa. No obstante, lejos de una postura derrotista, es importante no evadir la crítica, ni la visión retrospectiva, a la par de seguir picando piedra y adecuando el hábitat.


viernes, 26 de noviembre de 2010

Relato inédito III: ¿Esto es arte? Los síntomas de la fruición estética en el arte contemporáneo.

Ayer concluimos la clase de Historia del Arte y la Cultura en la Facultad de Arquitectura y Diseño de la UABC y, como ha venido sucediendo en los últimos dos años, el curso cerró con una serie de exposiciones por parte de los alumnos en los cuales se estudiaron algunos ejemplos del arte moderno, ubicándonos en el marco de sus respectivas tendencias (dadaísmo, expresionismo abstracto, land art, entre otros). En cada uno de estos cinco semestres el común denominador ha sido la confrontación de opiniones, mismas que suelen dejarnos situados en la pausa ante esta cuestión: "Entonces, ¿qué es arte?" Celebrando estos dos años de enriquecedoras experiencias publico ahora un breve texto que -en aquel momento- solamente intentaba resumir el capítulo "La fruición estética" del libro Las oscilaciones del gusto. El arte de hoy entre la tecnocracia y el comunismo, obra del crítico de arte, pintor y filósofo italiano Gillo Dorfles.

En definitiva, el acto creativo no se realiza por el artista sólo; el espectador pone la obra en contacto con el mundo exterior descifrando, e interpretando, sus características internas, y con ello añade su contribución al acto creativo. Esto llega a ser más evidente cuando la posteridad da su veredicto final y, a veces, rehabilita a artistas olvidados.

Marcel Duchamp, 1956.

Cuántas veces hemos escuchado en alguna galería o sala de arte moderno o contemporáneo, la reacción que peyorativamente el público hace al encontrarse con una obra ya sea de arte conceptual o arte pop; dadaísmo o expresionismo abstracto... "¿Esto es arte? ¡Es una burla! ¡Hasta yo lo puedo hacer! Entonces, ¡yo también soy artista!" Esto puedo apuntarlo como sintomático de la fruición o disfrute estético de nuestros días.

Esta resistencia al arte contemporáneo por una buena parte de ciertos grupos de espectadores se puede revelar como un estancamiento en aquello que etiquetamos como “gusto”. Esa añeja noción de “buen gusto”, cuyo enfoque estaba basado en los antiguos cánones que indicaban qué era belleza y qué era arte, o del “mal gusto”, que era todo aquello que no consideraban los dogmas como objeto artístico, parece estar aún presente, acentuándose el rigor de despreciar nuevas expresiones cuando surgen -hace ya un siglo- movimientos de repulsa como el Dadá.

Al surgir este arte de repulsa por ejemplo, posicionado en contra de los cánones, de los lugares “dignos” para exhibir el arte, de la crítica de arte y de la burguesía en ciernes que se jactaba ya de tener voz para calificar qué entraría o no en una de sus galerías, se da por sentado que el arte como tal ha muerto. Esta revolución, que viene a ser el germen tanto del expresionismo abstracto como del arte póvera, o del art brut, pone para muchos en tela de duda el valor de la producción artística de nuestros días; de tal modo que la idea de objeto de arte perdurable se esfuma, ya no hay monumentos; el objeto ya no tiende a la permanencia, sino a lo efímero, a lo desmontable, a lo desechable. Incluso, el objeto resultante como tal ya carece de valor, lo que importa y trasciende es el proceso. El culto al objeto ha fenecido, el pensamiento se revalora -o valora- como recurso.

Detrás de una simple lata de sopa Campbell’s existe un trasfondo más fuerte que el mero placer de exhibir lo cotidiano, lo popular. Si se juzga entonces quién es o no artista… ¿Quién tiene en nuestros días el poder o la capacidad de ejercer la crítica?

*El texto fue preparado para la clase "Arquitectura, arte y sociedad", impartida por el Arq. Felipe Leal dentro del programa de Maestría en Arquitectura, en la Facultad de Arquitectura de la UNAM. México, D.F., octubre de 2006.



viernes, 19 de noviembre de 2010

La pátina sobre los héroes.




En las postrimerías de la fiesta que rememora la Independencia y la Revolución Mexicana aparece un hito -no monumento- entre las escasas superficies verdes del Centro Cívico de Mexicali. Desde entonces, la diversificada respuesta de la comunidad mexicalense no se hizo esperar para cuestionar: si el Estado estaba invirtiendo en esta intervención del espacio público, por qué no se había sujeto a un proceso transparente, por la vía del concurso. [Ver: ¿Monumento?] No obstante, hace un par de semanas salió un artículo de prensa publicado en el la página web del blog local Encuentro 29 en el cual René Acuña, Director Ejecutivo del Consejo de Desarrollo Económico de Mexicali, justifica este iniciativa:

El propósito de construir La Torre Bicentenario, se debe a la inquietud de un grupo de ciudadanos y empresas que dándose cuenta que en el año que cumple nuestro país doscientos años del inicio de su movimiento de Independencia y cien años del inicio de su Revolución, no existía en nuestra ciudad el reconocimiento a quienes con su sacrificio moldearon el rumbo de nuestro país, pero lo más grave era que a las futuras generaciones, los que ahora somos adultos, en esta fecha tan importante no les inculcamos con nuestra indiferencia el amor a la patria.
Recordemos que existen dos obras, entre algunas otras, que aluden -cada una- a dichos momentos de nuestra historia nacional: la estatua ecuestre de Vicente Guerrero ubicada sobre el Bulevar Adolfo López Mateos y la estatua del General Alvaro Obregón, localizada como remate visual en el cruce de la avenida del mismo nombre y la calle Julián Carrillo, misma que tiene como fondo el edificio de Rectoría de la UABC. El estado físico en el que se encuentran la decena de piezas, destacando éstas ya mencionadas por el contexto de la celebración en este 2010, podría llevarnos a pensar que hubiera sido más loable una iniciativa (igualmente privada, claro está) que se ocupara de un exhaustivo remozamiento o restauración de -al menos- estas dos figuras que tan visiblemente lo ameritan.



En el mencionado artículo periodístico, Acuña subraya que éste ha sido un proyecto con una notable respuesta; siendo así, parece paradójico que la reacción generalizada de la ciudadanía haya manifestado, con cierta insatisfacción, la puesta en marcha de este anacrónico emblema.

La entusiasta respuesta de nuestras empresas y ciudadanos se plasma en un placa conmemorativa y nos da gran satisfacción, pues un número importante respondió a la convocatoria, esto nos anima a seguir haciendo proyectos que embellezcan nuestra ciudad y con el tiempo transformarla en la mejor de las fronteras.
Siempre son bienvenidas las iniciativas que tengan como foco de atención al espacio urbano, ese que es público y sobre el cual quedan representados los atributos que caracterizan a la más auténtica colectividad; sin embargo, para lograr "hacer ciudad" no se debe rehuir del consenso.





viernes, 12 de noviembre de 2010

El conocimiento del ambiente.




Recientemente ha salido de prensa el libro que compila los trabajos presentados en la Cátedra en Arquitectura "Carlos Chanfón Olmos", celebrada en dos ediciones en la ciudad de Mexicali, Baja California durante los meses de abril y noviembre de 2009. Dicha publicación, titulada El conocimiento del ambiente. Aportaciones a la arquitectura y al urbanismo y que representa un importante trabajo de compilación por parte de la M. Arq. Ana Margarita González González, se estructura -de acuerdo a la composición de las mesas de trabajo- en cuatro secciones: Arquitectura y ciudad, Arquitectura y patrimonio, Arquitectura, medio ambiente y tecnología y Arquitectura y Diseño.

El libro representa un encuentro virtuoso de académicos de las instituciones que conforman el Consorcio de Universidades Mexicanas, CUMex, donde plantean sus experiencias de enseñanza e investigación en las áreas de arquitectura y urbanismo. Lleva implícito fortalecer el trabajo colegiado de pares académicos cuyo trabajos responden a problemáticas de acuerdo a las diversas regiones del país, lo que posibilita enriquecer la forma de conceptualizar los temas, discutiendo los métodos y encontrando los elementos comunes para lograr una visión de conjunto de cómo se realiza la investigación en las instituciones participantes en la cátedra.
M. Arq. Jesús Antonio Ley G.

En el capítulo 15 de dicho libro se encuentra la ponencia que presenté en abril de 2009 "Parque Vicente Guerrero: el vacío como estrategia", el trabajo aborda el tema del parque urbano “Vicente Guerrero”, caso de estudio localizado en Mexicali y considerado como uno de los principales pulmones de la ciudad. El texto se estructura en tres partes: se inicia con breve esbozo histórico y social de la génesis del parque, para posteriormente hacer una lectura del objeto urbano-arquitectónico y sus diversos contextos; finalmente, se plantea una estrategia de intervención, mostrando las posibilidades de que un paisaje en donde reina la entropía exige convertirse en vacío.


lunes, 8 de noviembre de 2010

¿Monumento?


monumento.

(Del lat. monumentum).

1. m. Obra pública y patente, como una estatua, una inscripción o un sepulcro, puesta en memoria de una acción heroica u otra cosa singular.

2. m. Construcción que posee valor artístico, arqueológico, histórico, etc.

3. m. Objeto o documento de utilidad para la historia, o para la averiguación de cualquier hecho.

4. m. Obra científica, artística o literaria, que se hace memorable por su mérito excepcional.


Real Academia Española.

En la ciudad de Mexicali se erige una estructura para ser inaugurada como parte de los festejos del Centenario de la Revolución Mexicana. Al verla y encontrar -días después- en la primer plana de un diario local una encuesta vía web para que los lectores expresaran su postura ante la pregunta "¿Considera adecuada la construcción del monumento por el Centenario de la Revolución?" reproduje dicha cuestión en un post de la red social Facebook y, dicho sea de paso, preciso que el diseño no es del artista Carlos Coronado (como se anuncia en la página del periódico, sino de una oficina de arquitectura de esta ciudad de la cual me reservo el nombre).


Las reacciones fueron diversas, desde la más optimista tolerancia que preconiza las iniciativas (en este caso privadas) de intervención del espacio público, hasta las posturas que lamentaron tal acto, subrayando más la falta de transparencia en el proceso que lo risible o inelegante del objeto. Agradezco el interés por atender y la franca respuesta de quienes ingresaron a dicha entrada en la red.



Ahora, en un momento en el que la Real Academia Española ha aportado cambios importantes, dejo solo (solamente) una pregunta al aire: ¿La definición de monumento se ajusta al porte del hito que se levanta en el Centro Cívico de la capital bajacaliforniana, o le queda grande?


sábado, 30 de octubre de 2010

"Paisaje intersticial" en la Maestría en Desarrollo Urbano. Universidad Iberoamericana.

Lara Almarcegui, Guía de descampados de Sao Paolo, 2006.



La Maestría en Desarrollo Urbano ofrecida en el Campus Tijuana de la Universidad Iberoamericana, cuyo énfasis se da en los Sistemas de Información Geográfica (GIS) tiene el objetivo de formar profesionales en el manejo de las disciplinas urbanísticas para el diseño, planeación, evaluación e investigación de proyectos y negocios urbanos o inmobiliarios, mediante la utilización de la tecnología en respuesta a las condiciones siempre cambiantes de los aspectos sociales, económicos, políticos y ambientales de la sociedad actual, en áreas de un futuro urbano sustentable.

Este fin de semana recibí la cordial invitación para presentar ante los estudiantes de este posgrado el proyecto "Paisaje intersticial. Mexicali: de la entropía al vacío", derivado de la tesis de maestría de un servidor, a la cual se han ido sumando -en los últimos dos años- algunas reflexiones que consolidan la disertación.

En dicho foro, llamó la atención el interés por el trabajo de Lara Almarcegui, artista española cuyo enfoque sobre los intersticios de la ciudad -centrado en la libertad de lo no planificado- ha aportado una contundente lección al ámbito disciplinar de la arquitectura y el urbanismo. Las imágenes de Almarcegui, parafraseando a Aarón Gutiérrez, provocan que cambie nuestra percepción sobre aquello que vemos como desapacible. Es gratificante ver que lo intersticial provoque cambios de perspectiva; esencialmente, esa fue una de las premisas de aquella disertación iniciada en la UNAM en 2006.

Agradezco la cordial invitación de Julia Cerrud y Aarón Gutiérrez por brindarme este espacio en su taller "Subsistemas Reaccionarios a Provocaciones Urbana", asignatura cuyo propósito se centra en asumir que la re-generación de espacios urbanos se informará de dinamicas culturales, sociales, ambientales y economicas en respecto a una serie de intervenciones no-lineales en espacios claves.



sábado, 23 de octubre de 2010

¿Homenaje o plagio?


Izq. Iglesia del Jubileo, Roma; der. Parroquia de San Francisco Javier, Mexicali.


En estos días he estado observando cómo concluyen las obras de remodelación de la Parroquia de San Francisco Javier, ubicada en el fraccionamiento Los Pinos de la ciudad de Mexicali. Debo admitir que se ha hecho notar la buena calidad de la mano de obra; asimismo, debo admitir que -desde el momento en que vi expuesta la maqueta en el interior del ya transformado templo católico- me sorprendió el modo en que la cita arquitectónica se nos manifiesta, sin respetar credos o ideologías...

Mi reacción ante aquel modelo a escala y ahora ante el templo que he frecuentado en los últimos 22 años se aproxima más a la decepción que al regocijo: el proyecto de remodelación es de una similitud innegable al diseño del laureado arquitecto norteamericano Richard Meier para la Iglesia del Jubileo, inaugurada en 2003 en los suburbios de Roma, esta iglesia fue erigida en el marco de las celebraciones del Jubileo 2000.

En otros episodios de la historia de la arquitectura occidental infinidad de obras han servido de modelo para otras que, reinterpretando la organización espacial, la composición de las fachadas o reproduciendo algún elemento arquitectónico significativo, logran imponerse por su capacidad para establecer una relectura de lo existente. Un caso paradigmático es el que Leon Batista Alberti hace en la fachada de Santa María Novella en pleno Quattrocento, el polifacético personaje se inspiró en la basílica de San Miniato al Monte (del románico florentino) para desarrollar el esquema de la portada, superando en términos de composición al referente románico.

Izq. Basíilica de San Miniato al Monte, Florencia; der. Iglesia de Santa María Novella, Florencia.


En el caso de la parroquia mexicalense, no solamente se ha acudido a la parte más débil que la memoria arquitectónica puede aportar como un mecanismo para la "cita", sino que las intenciones formales se han visto limitadas: las fachadas laterales y la solución del espacio interior lo evidencian. Así, solamente nos restaría cuestionar -por mero trámite- a qué nos enfrentamos... ¿A la honesta y deliberada construcción de un homenaje o a la esquisita tentación del plagio?



sábado, 16 de octubre de 2010

El valor de la memoria.



Justo ayer en una clase teórica veía con los alumnos de "Análisis y Concepto Arquitectónico" el tema de la memoria arquitectónica, el colofón de ésto fue el ánimo de invitar a que reflexionemos: El proceso de creación es un fenómeno en el que un conjunto de imágenes, o de conceptos memorizados y seleccionados se enfrentan, se eliminan, se superponen o se mezclan para crear una suerte de alquimia, por otra parte, es cada vez más agudo el modo en que los arquitectos nos convertimos en grandes consumidores de imágenes, cómo "administrar" nuestra memoria para procurar que cuando apliquemos la cita en nuestro trabajo como diseñadores ésta se pueda revestir como homenaje, interpretación o analogía, y no como plagio, simulación o copia.

En este sentido, amplío esta reflexión -copiando y pegando un mensaje que me ha enviado una muy estimada y respetable profesora de la maestría que cursé en la UNAM- en la que se plantea la pregunta ¿Memorizar tiene algún valor?

Aunque reconozco que mi memoria no es mala, soy capaz de acordarme de una gran cantidad de datos e información mientras doy carrera a las once diferentes materias que cada año imparto en el Posgrado de Arquitectura de la UNAM, además de mis investigaciones personales y las de mis tutorandos, de las cuales he de llevar el hilo conductor, entre otras muchas cosas como leer por lo menos un buen libro al mes y realizar estas reflexiones para compartir con mis amigos por email.

Sin embargo, reconozco que actualmente, la memorización de textos en el ámbito escolar ha perdido mucho sentido. ¿Para qué memorizar lo que aparece a golpe de Google? O dicho en otras palabras “In Google we trust”. Así pues, cada vez más, se premia el razonamiento o la composición frente a la pura enumeración o repetición de loro. Y eso está bien: pensar es más importante que memorizar.

Pero ¿memorizar tiene algún valor?

La profesora Maryanne Wolf narra la siguiente anécdota sobre los motivos de una persona para forjar en el yunque de su memoria algunos datos escogidos:

La abuela judía de ochenta y seis años de mis hijos, Lotte Noam, desconcertaría a las futuras generaciones. Apenas hay ocasión que no sea capaz de citar de manera pertinente un poema de tres estrofas de Rilke, un pasaje de Goethe o un pícaro verso humorístico, para infinito deleite de sus nietos. Una vez, en un ataque de envidia, pregunté a Lotte cómo era capaz de memorizar tantos poemas y chistes. Ella respondió con sencillez: “Siempre quise tener algo que nadie pudiera quitarme si alguna vez me metían en un campo de concentración”.

Los neurocientíficos no han podido constatar aún qué implicaciones tendrá en las generaciones futuras la cada vez menor necesidad de memorizar textos y el apoyo en prótesis memotécnicas más sofisticadas.

Así que, por si acaso, escoge uno o dos poemas, o lo que quieras conservar, tal y como lo hizo Lotte Noam, y memorízalos para que nadie pueda manipularlos, borrarlos o robarlos. Al menos no podrán quitarte eso si te condenan en un campo de concentración.

Dra. Consuelo Farías-van Rosmalen.



martes, 12 de octubre de 2010

VI CTV | Recuperar las ruinas. Espacio público y prospectiva del paisaje post-industrial de Mexicali.


El pasado 7 de octubre se llevó a cabo la sesión correspondiente a la mesa temática 7: Espacio público y calidad de vida urbana, en ella tuve la oportunidad de presentar la ponencia: Recuperar las ruinas. Espacio público y prospectiva del paisaje post-industrial de Mexicali. Cabe mencionar que ésta mesa fue la más concurrida del evento y la que, a su vez, recibió un mayor número de trabajos, situación que resulta bastante alentadora. ¡Hay mucho qué discutir sobre el espacio público! Les comparto el resumen de dicho trabajo.

El acelerado crecimiento de la ciudad de Mexicali, tan evidente durante las últimas décadas, ha provocado un crecimiento disperso hacia la periferia así como el despoblamiento de algunas áreas centrales: grandes baldíos, percibidos como alegoría de su paisaje desértico; estructuras arquitectónicas abandonadas; predios rústicos y fincas otrora rurales que han quedado deshabitadas, queriendo reclamar un retorno a su imagen pintoresca. Este tipo de lugares cohabitan el mismo territorio de la ciudad ordenada y dinámica, constituyendo en suma el paisaje intersticial característico de la ciudad. Son también las zonas industriales en obsolescencia las que se han acumulado en esta urbe fronteriza, reliquias de la modernidad que emergen intermedias de la parte densa del tejido urbano, representando un inminente posfordismo.


Por otra parte, el porcentaje de superficie dedicada a las áreas verdes con respecto al total del área urbana de esta ciudad capital instiga a que las prácticas en torno a la arquitectura, el urbanismo y el diseño del paisaje reflexionen en torno a sus recurrentes estrategias de generación de espacio público, no solamente para que se mantengan atentas a las derivaciones del desarrollo urbano, sino pertinentes ante las condiciones de la naturaleza en este territorio, particularmente aquellas concernientes a la geología y al clima. Ampliando la mirada hacia la escala global podemos darnos cuenta de que las más recientes propuestas de la arquitectura del paisaje -en las que se hace un replanteamiento sustancial de la disciplina- son tendientes hacia el reciclamiento de estructuras urbanas, estos proyectos apuestan por la recuperación de los vacíos urbanos y de los denominados “sitios tóxicos” en virtud de que emerjan nuevas centralidades, constituyéndose también nuevos espacios públicos. En este sentido, cabe la oportunidad de reflexionar en pos de la recuperación de las áreas industriales que esta ciudad nos ha venido presentando como residuo; la preocupación por estudiar esta suerte de grietas urbanas motivaría a que -prospectivamente- estos sitios conformen en suma un nuevo sistema de espacios abiertos. Asimismo, puede considerarse la factibilidad de que dichos lugares, tras su exitosa reconversión, se constituyan como patrimonio para nuestra ciudadanía. Tal potencial traería consigo un vigor regenerativo, no solamente material, sino humano; no sólo acogido por los alcances de la arquitectura o el diseño urbano, sino dócil ante un modo distinto de contemplar y habitar lo intersticial.

De este modo, la ponencia procura una estructura conformada básicamente por tres partes: un relato inicial que, con el esbozo de una reseña histórica encuadrada en el crecimiento urbano, nos acerque a la génesis de los paisajes post-industriales en Mexicali; posteriormente, se presenta una aproximación a las inquietudes teóricas de vanguardia que han aportado diversas disertaciones en torno al fenómeno de los también llamados terrain vague, procurando contextualizar dichas perspectivas al caso en cuestión y, finalmente, más que constituirse una propuesta concluyente ante la problemática, se construye una plataforma reflexiva y abierta que sirva de base para la formulación de futuras estrategias.

miércoles, 6 de octubre de 2010

VI CTV | Mesa temática 3: Las TIC en la arquitectura y el urbanismo. Representación, visualización y modelado de la realidad.



En estos momentos se está celebrando la segunda jornada del VI Congreso Ciudad y Territorio Virtual, cuya sede es la ciudad de Mexicali. En esta ocasión se presentó la 3a mesa, cuyo tema es: "Las TIC en la arquitectura y el urbanismo. Representación, visualización y modelado de la realidad." El Arq. Vicente Menchaca Sánchez tuvimos oportunidad de coordinar dicha sesión.

Las ponencias presentadas en esta mesa hacen patente el devenir de los medios tradicionales de representación, visualización y modelado de los espacios que habitamos. Para la arquitectura y el urbanismo, la actual relevancia de la transformación de estas herramientas atiende al impacto que han tenido las tecnologías para la creación, distribución y manejo de datos. La eclosión de la denominada sociedad de la información ha exigido -en los contextos de académicos y de profesionistas- que en el quehacer urbano-arquitectónico se vean involucradas aquellas herramientas para la concepción de modelos virtuales, recursos propios para el manejo de imágenes, así como el soporte de programas que facilitan la simulación dentro del espacio.

Se han expuesto lecturas en las que se promueve la inmediatez en que la información concerniente a lo urbano pueda ser accesible a la población, abordando también posturas teóricas cuya óptica encuentra en las redes sociales y en otros nichos de la web 2.0 un lugar posible para la participación ciudadana en el debate sobre el hábitat; se ven posturas que, con la presentación de casos prácticos, demuestran la confianza en que los sistemas de información geográfica (SIG) coadyuvan en la comprensión y proyectación de los sistemas urbano-regionales; igualmente, se ha hablado de la capacidad que tienen hoy en día las TICs para la administración del territorio, para superar las limitaciones del diseño urbano, en virtud de la imperante tendencia hacia la accesibilidad y el diseño universal, así también como para medir los alcances que la ficción lanzada por los medios masivos tiene para transformar nuestra percepción del paisaje.