martes, 28 de diciembre de 2010

Relato inédito IV: Vida longa e prolífica.





En este mes de diciembre una de las más influyentes y geniales figuras de la arquitectura contemporánea celebró 103 años de su nacimiento, hoy rescato estas líneas que escribí en 2006 para la clase que durante los estudios de maestría preparé para la clase impartida por Felipe Leal.

Cuando hablamos de modernidad en la arquitectura la noción de carácter se hace ausente. Dada su racional “naturaleza”, para la tabula rasa en la proyectación arquitectónica del movimiento moderno, hubo que prescindir de ciertos valores heredados de las convenciones tradicionales, renunciar al bagaje de la academia, idealizar un usuario prospectivo, entre otras cosas sobre las cuales no abundaré. No obstante, si podemos defender que Latinoamérica fue foco de atención en plena eclosión de las vanguardias arquitectónicas es ineludible -para justificarlo con su debida propiedad y crédito- hablar de carácter… es ineludible hablar de Oscar Niemeyer.

Desde sus inicios, tomando como ejemplo al edificio del Ministerio de Educación y Salud en Río de Janeiro (en el que participaron también Lucio Costa y Le Corbusier) aun no se puede evidenciar aquella sensual curva -persistente entre sus obras más recientes- pero sí la exhuberancia que ha persistido hasta nuestros días en cada obra de este ilustre y centenario arquitecto. Dicha exhuberancia desde aquellos años treinta empieza a hacer eco, resonancia tal que, finalmente, adquiere forma y ésta se consolida en las obras que vieron la luz -y se apropiaron de ella- en Belo Horizonte una década después. En Niemeyer los principios de la arquitectura moderna son parte de su iniciático aprendizaje, pero la contundencia que en su obra expresan la plástica, la forma y el espacio se logran en un mero empirismo. Los volúmenes puros devienen, obedecen al pasaje; el promenade architecturale es un delicioso andar que evoca a las suaves cadencias del bossa nova de Antonio Carlos Jobim; los brise-soleil adquieren una textura tal que asemejan las artesanías de los nativos. En su obra, la estructura contiene y soporta, a su vez se antoja como ornamento, hace homenaje a la sensualidad, a las “curvas de la mujer amada”, parafraseando al maestro carioca.

Si bien se entiende en este arquitecto un consolidado lenguaje, a sus 103 años éste no ha perdido su vigencia acorde a nuestra atomizada arquitectura contemporánea; en su obra, tras la virtud de lograr el carácter que felizmente emanan, jamás se hace autoreferencia con obviedad textual, cada pieza es única. Niemeyer sabiamente afirma que quizá encontremos mejores arquitecturas que las que Brasilia emplaza, mas no logremos ver piezas iguales que aquellas. Caracas, París, Milán, Argelia y demás ciudades fuera de territorio carioca han presenciado su marca; ahí, las “curvas del tiempo”[1] también existen; la sinuosidad no es, en estos lugares connotación del paisaje... propiamente, es más la voluntad de crear.




[1] Hace una década salió de prensa el libro Curves of Time: Oscar Niemeyer memoirs, editado por Phaidon. En esta publicación se incluyen textos que conforman una de las piezas biográficas más completas en torno al arquitecto brasileño.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Tres bloques en el centro tradicional de Mexicali: una colaboración en el curso de diseño urbano.





Hace algunas semanas se dio algo insólito en la cátedra de la Facultad de Arquitectura y Diseño: el inicio de un grato ejercicio de colaboración entre cuatro docentes para cubrir los contenidos del curso de Diseño Urbano. En un periodo de cinco semanas, dado así por circunstancias no previstas, nuestra participación fue desarrollada en la cada vez más socorrida plataforma institucional de la UABC: Blackboard Academic Suite. El seguimiento a los alumnos, logrado en la modalidad de educación a distancia, incluyó el desarrollo de algunas lecturas fundamentales de autores tales como Kevin Lynch, Christian Norberg Schulz, Bernard Tschumi y Manuel de Solá-Morales; asimismo, se plantearon dos ejercicios prácticos, uno inducido a conformar un mapeo colectivo y otro a esbozar un análisis y exponer una propuesta de intervención en un zona característica del primer cuadro de la ciudad de Mexicali; ésta se conforma por tres manzanas (abarcando desde el cruce peatonal en la Garita Mexicali-Calexico hasta el edificio de la Universidad Tecnológica de la CFE).


La presentación de los trabajos finales -llevada a cabo el 8 de diciembre ya de forma presencial- registró muy variadas intenciones tanto en la representación del análisis como en la concepción de las propuestas; todas ellas de notable calidad, la serie de láminas -que cerca de una decena de equipos de trabajo mostró- evidenciaron que las competencias planteadas por la asignatura se estaban concretando.

Entre las propuestas, hubo una que en lo particular llamó la atención del auditorio. Destaca que en una propuesta además de apreciarse los alcances requeridos se compartió la aguda reflexión, la problematización y la crítica. El trabajo de Juan de Dios Carrillo, Carlos González y Paul Negrete subrayó un interés en el contexto social, en la historia como un referente relevante y al diseño universal (más allá del ya superado "diseño sin obstáculos" o "para personas con capacidades distintas") como el atributo proyectual más pertinente.

Agradezco la invitación de los profesores Thalía Gaona y Augusto Arredondo, así como la confianza que la profesora Soraya Willem ha depositado en nuestro desempeño. Así, confiando en que el trabajo colegiado puede contribuir enormemente al enriquecimiento de nuestra labor e incidir favorablemente en la formación de nuestros alumnos, espero que prácticas como éstas se vean amparadas por la continuidad. Igualmente. felicito por este medio al grupo y le doy las gracias a Juan de Dios Carrillo por el acceso a las imágenes utilizadas en esta entrada.





domingo, 12 de diciembre de 2010

La nueva escuela de la Facultad de Arquitectura y Diseño de la UABC.





Recientemente recibí la invitación para participar como observador en la entrega de trabajos del taller de diseño arquitectónico impartido por Aarón Onchi, sus alumnos -estudiantes del quinto semestre de la carrera de arquitectura, presentaron sus propuestas de intervención y recuperación del solar de la antigua maltera de la otrora Cervecería Mexicali.

Los resultados de esta curso advierten la avispada influencia de Onchi. La insistente búsqueda de revalorar y conferirle un auténtico sentido a la conceptualización, la capacidad de promover que en éste taller se propicie en los alumnos la creatividad, el ánimo para identificar y resolver problemas y que sean ellos mismos cada vez más responsables de su propia formación, son atributos que los futuros profesionistas deben aquilatar en las 16 semanas de convivencia en éste ambiente escolar.

Han sido cinco semestres de enriquecedoras oportunidades en las que he podido visitar al excelente amigo y novel arquitecto; la oferta de nuevos planteamientos del proceso proyectual (al menos para la Facultad de Arquitectura y Diseño de la Universidad Autónoma de Baja California), evidencia que emerge en sus aulas una nueva escuela, tan necesaria... tan pertinente.