lunes, 27 de junio de 2011

Desfile dominical, el ocio sobre ruedas.




Este domingo, que creo que en lo general fue para la ciudad de Mexicali como cualquier otra jornada dominical de inicio de vacaciones de verano, atravesé en el auto una de las vialidades del Centro Cívico. Este recinto que en los fines de semana o regularmente cuando el sol se oculta revela que su ámbito más abierto y público (plazas, pasajes, andadores, jardines y banquetas) resulta un tanto anodino y lejano de cualquier intensión de adecuarse al contexto y a las evidentes expresiones de nuestra naturaleza (un clima extremoso que en verano rebasa los 45 grados centígrados, una vulnerabilidad sísmica, por mencionar los más relevantes) hoy le he descubierto en plena congestión... ¡claro, de vehículos! Si bien ya había sido aquí testigo de una manifestación como tal, el "desfile" de ahora me resultaba algo inédito.


Avenida de Los Héroes captada desde Google Streetview.


Aunque en los últimos años he citado algunas referencias que emergen de la antropología y aunque he tenido también en la formación profesional -como todo arquitecto- la oportunidad de cruzarme con lecturas cuyas líneas se fugan hacia el estudio del ser humano, ante el encuentro de este domingo de junio me declaro asombrado y limitado a resumir la apreciación de este desfile en las siguientes cuestiones.

¿De dónde provienen los diversos grupos que ya sea circulan en su auto o bien los estacionan por algunas de las avenidas de esta zona formando una suerte de circuito?

¿Es una práctica constante?¿Cada domingo se lleva a cabo esta procesión?

¿Qué emoción les significa a estos grupos pasear por cuatro o cinco calles a 20 km/h?

¡¡¿Qué emoción les significa ver pasear a una fila de autos circulando a 20km/h?!!

¿Hay alguna condición que permita (además de tener un auto alterado mecánica y estéticamente) ser partícipe de esta expresión urbana colectiva?

¿Existe alguna regulación de tránsito que se vea impactada por esta práctica?

Mientras surgen más preguntas en torno a esto, también me lleva a la perplejidad encontrarse con plazas, pasajes, andadores, jardines y banquetas vacíos en un domingo como este, como muchos... como siempre. Es singular, sin duda, este espacio cívico de la capital bajacaliforniana.

Esta entrada queda abierta para quien amablemente coadyuve despejando estas dudas...



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