martes, 3 de mayo de 2011

Las cruces del diseño.





En estos días, se han aproximado casualmente dos celebraciones que atañen nuestro quehacer: el 27 de abril se conmemoró el Día Mundial del Diseño, instituido por el Consejo Internacional de Asociaciones del Diseño Gráfico, conocida también como Icograda. Por otra parte, el 3 de mayo -en el campo de la construcción- se celebra a la Santa Cruz, fiesta que se remonta hasta los tiempos de Santa Elena y su hijo, el emperador romano Constantino I.





Esta grata coincidencia es, seguramente, motivo de fiesta en diversas escuelas de diseño y arquitectura. Ante esto, es prudente preguntarse ¿cómo se ha dado la educación en nuestro país ante los constantes retos y nuevas crisis que trascienden en nuestros ámbitos profesionales?

Así como asumimos reconocer el origen de estas fiestas, ¿tenemos acaso un horizonte de aquello que aspiramos lograr, y en lo prospectivo celebrar, desde nuestras trincheras?

Hoy, en la Facultad de Arquitectura y Diseño de la UABC, un grupo de alumnos se dio a la tarea de preparar una cruz, ornamentándola como la tradición lo indica, para colocarla en el edificio central de dicha escuela; coronando así uno de los macizos y cerrados bloques de concreto que constituyen la reestructuración de aquel edificio afectado por el sismo del 4 de abril de 2010.

En virtud de animar la reflexión y sin ánimo de provocar fastidio, ni de herir susceptibilidades, menos aun de generar una ácida controversia, lanzo mis humildes consideraciones ante la yuxtaposición de dos hechos retratados en las imágenes que adjunto a esta entrada.






Creo que es importante que los profesores ligados con las bases del diseño atendamos con rigor el cumplimiento de las competencias (refiriéndome a aquellas que nos ayudan a trabajar para que el universitario sea competente) que se esperan de un alumno iniciado en el estudio del diseño. Creo que la contingencia nos regaló una oportunidad, lo que hoy se deja notar ante dos pesadas masas de una obra negra en proceso advierte que se nos ha ido de las manos... Pero la esperanza aun pervive, en ambos casos.

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